martes, 5 de julio de 2011

El hacedor de Fantasmas (Dan Abnett)

Título: El hacedor de Fantasmas
Autor: Dan Abnett
Título original: Ghostmaker

Hacía más de dos horas que se habían internado en los bosques sombríos de las ciénagas de Voltemand. Los camiones rezumaban fango maloliente y el rugido de los motores resonaba en las malsanas frondas que los cubrían. Fue entonces que el coronel Ortiz vio a la muerte. Iba vestida de rojo y estaba entre los árboles, a la derecha de la pista, inmóvil y al descubierto, observando a la columna de Basilisk. La ausencia total de movimiento fue lo que dejó helado a Ortiz. Doblaba casi en estatura a un hombre y resultaba aterradora con su armadura rojo sangre oxidada rematada por una curva cornamenta de bronce. Demonio. Devorador de Mundos.”

Y hete aquí que nos encontramos con la segunda parte de la saga de Tanith. Tan bueno como el primer libro (casi). Ha pasado un año y medio de los hechos acaecidos en la primera parte y los Fantasmas de Gaunt se hayan bajo el mando del Alto General Sturm, desplegados en el planeta pantanoso de Monthax.
Sturm proviene del regimiento de los Volpone, un ejército famoso y reputado, al estilo de los Jantianos del primer libro. Orgullosos y arrogantes, desprecian a los Fantasmas por su tendencia a “arrastrarse por los suelos” y, aunque bastante despreciables, son fieles al Emperador y conscientes de su deber.
El inicio se sitúa en el peor momento para un soldado: la tensa espera antes de la batalla. Los Fantasmas están preparando su próxima batalla, nerviosos y casi frenéticos. El Comisario Gaunt debe ir recorriendo las filas para tranquilizar a las tropas y darles ánimos para la próxima confrontación. Mientras tanto, se dedica a recordar momentos del pasado, importantes para el ejército.

Y es así como funciona el libro. En realidad, es un compendio de relatos cortos pertenecientes a los Fantasmas de Gaunt, publicados anteriormente a la primera novela. Debido al éxito que tuvo, se decidió recogerlos y hacer un libro con ellos. Cada relato corto (son todos de unas 20-25 páginas) tiene un pequeño texto introductorio (Gaunt paseando por las filas) que sirve de hilo conductor y le da más cohesión al conjunto. Todos los relatos pertenecen al pasado de los Fantasmas y están situados en una época anterior a los hechos acaecidos en el primer libro excepto los dos últimos, los cuales enlazan con el hilo y acaban la historia.
Los relatos están centrados cada uno en un personaje diferente, lo cual nos permite conocer (aún) más a todos los carismáticos miembros Tanith. El punto de vista desde el que se nos narra la trama es el del soldado en cuestión y Abnett consigue, al cambiar al “narrador”, introducirnos un poco más en su forma de ser y de ver las cosas. Al ser tan cortos, no hay mucho espacio para rodeos y son historias directas y viscerales. Abnett continúa con su estilo ameno de narrar, haciendo que las páginas pasen en un suspiro.

Como siempre en estos compendios de relatos, los hay mejores y peores. No obstante, al ser tan cortos, entran todos muy bien, pero que muy bien.

El hacedor de Fantasmas: El primer relato se iba a incluir originalmente en el anterior libro, pero al final se acabó quedando fuera. Narra los hechos acaecidos en la Fundación, desde que Gaunt llega al planeta Tanith hasta que las hordas del Caos invaden el planeta y obligan a los Fantasmas a huir. Leyéndolo entiendes el porqué de tanto resentimiento hacia Gaunt, pues obligó a todos a salir corriendo sin dejarles la oportunidad de defender su tierra, abandonando a todos sus seres queridos (padres, hermanos, parejas, hijos…) a una muerte segura. Seguimos por sus primeros pensamientos justo después de abandonar el planeta. Se tortura a sí mismo pensando si hizo lo correcto o si los Fantasmas se merecían al menos intentar salvar su mundo. Mientras tanto, los soldados, visiblemente enfadados, se preparan para un motín. Una vez superado este momento, nuevos nervios. Los fantasmas se enfrentan a su bautismo de fuego. Con el trauma de la pérdida tan reciente, Gaunt se pregunta, inquieto, si serán capaces de dar la talla.

Un baño de sangre: Seguimos con Gaunt, ahora ya cómo narrador. Los Fantasmas están en Voltemand, dónde, ya famosos por sus habilidades como infiltradores, deben ser capaces de abrir una brecha en la ciudad-capital. Los Volpone llevan meses fracasando en el asedio y se tomarán como una afrenta a su honor que los arrastrados Fantasmas tengan éxito allí dónde ellos fracasaron. Durante el mismo, podemos contemplar (perfectamente reflejado) el horror de hallarse bajo un bombardeo, más desagradable aún al tratarse de fuego amigo.

El sonido y la furia: Este cortísimo relato corresponde al Sargento de Exploradores Mkoll. Es el mejor en la infiltración y el silencio. Esto puede ser vital cuando estás en una selva en la que el más mínimo ruido puede suponer tu muerte. Por si fuera poco, una criatura demoníaca vaga por los caminos y Mkoll debe acabar con ella. Es corto, sin diálogos. Te encuentras solo con Mkoll y sus pensamientos, en un estado de tensión sorprendentemente alto. Abnett consigue dejarte sin respiración en las apenas 10 páginas que dura. Magnífico.

Las simas del Infierno: El coronel Corbec es el segundo al mando del regimiento. Grande, carismático, valiente y con un toque de indisciplinada irreverencia, ¿será capaz de guiar a los Fantasmas una vez que Gaunt no esté? Corbec se atormenta con esta pregunta, pero cuando el Comisario desaparece durante la conquista de la colmena de Naur, Corbec se ve obligado a tomar el mando y demostrar que, a su manera, es tan válido para guiar el destino de sus hombres como Gaunt. Mientras tanto, en el fondo de Naur, el mayor de los horrores le espera…

El ángel de Bucefalón: El primer francotirador Larkin “el Loco” es un Fantasma algo mas viejo que los demás. Antiguo cazador, es solitario, tiene un sentido de la oportunidad mas bien nefasto y una cierta tendencia a mostrar un pesimismo deliciosamente puñetero. Pero tiene un problema: está loco. Sus lacónicos comentarios se ven lastrados por su paranoia, sus problemas para permanecer en la realidad y su epilepsia manifiesta. Durante el relato, los Fantasmas están en Bucefalón y Larkin debe asesinar al líder enemigo. Sin embargo, en uno de sus accesos de locura, ha salido corriendo y se plantea desertar. A diferencia de lo habitual, éste es un relato sin acción. Larkin está solo con sus delirios mientras debate internamente sobre el cumplimiento del deber, el esfuerzo de la disciplina y el miedo al fracaso.  Un relato muy bien conseguido, en el que es imposible no coger cariño a este francotirador tan particular. Citándole: “Sólo puedo ver la realidad a través de la mirilla de mi láser. ¿por qué crees que me hice francotirador?”

Esa fuerza brutal: Aquí el protagonismo recae en el gigantón Bragg. Especialista en armas pesadas, es alto, fuerte y brutal. No es conocido precisamente por su inteligencia, aunque, a su manera, no es precisamente estúpido. A pesar de ser un soldado raso, Gaunt le obliga a comandar un convoy de transporte a través del desierto de Calígula, infestado de bandidos.

El gelisuelo: Rawne y Gaunt se han quedado aislados del resto en un mundo helado infestado de orkos. A pesar de sus rencores, deben colaborar para sobrevivir. El peso recae en Rawne, tan zafio, burdo e indeseable como siempre. Es quizás el relato más flojo del conjunto. En este relato no se consigue en ningún momento entrar en la historia, muy poco relacionada con el resto. Además, la personalidad de Rawne que había sido muy bien descrita en el primer libro, aquí no queda tan bién dibujada, siendo simplemente un tío borde.

Juramento de Sangre: Dorden es el médico jefe de los Fantasmas. Ante todo es consciente de su deber como médico, cosa que antepone a su deber como soldado. En el planeta Nacedón, justo antes del primer libro, debe hacer una evacuación de emergencia de su hospital pero la mayoría de pacientes no sobreviviría. Tozudo, decide quedarse en él, a pesar de que el ejército del Caos se acerca. Una serie de voluntarios se queda ayudándole, defendiendo el hospital hasta el contraataque de los Fantasmas. Un relato quizás algo inverosímil, pero con una acción bien divertida.

Un plan sencillo: El soldado raso Caffran es uno más de los Fantasmas. Nunca ha destacado por sus dotes de mando ni por su valentía, pero en el asedio de la fortaleza de Lord Shloak, se ve obligado por las circunstancias a ponerse al mando de la única escuadra que ha conseguido infiltrarse en la misma. ¿podrá Caffran, un simple soldado, triunfar ante la adversidad?

Una caza de brujas: Éste ya es el primer relato situado en Monthax. Brin Milo, el ayudante del comisario siempre ha sido altamente eficiente, a veces incluso demasiado, llegando a poder prever las cosas antes de que ocurran. Los rencores del regimiento Volpone provocan que este hecho sea exagerado, llamando la atención de una inquisidora. El relato nos muestra sobretodo el interrogatorio que sufre Milo. Un bonito juego de preguntas y respuestas, en la que una palabra mal dicha puede ser fatal.

Cierto propósito, oscuro y secreto: El relato final, algo más largo. En éste, se acaba lo peor: la espera antes de la batalla. Y empieza lo peor de todo: la matanza. Finalmente, la violencia ha llegado y los Fantasmas se ven obligados a luchar por sus vidas. Mientras tanto, las tropas del Caos han encontrado un templo éldar y luchan por conquistarlo. Es más largo (unas 80 páginas) y es todo un ejemplo del buen hacer de Abnett para narrar escenas de acción. Se le puede achacar que es algo más patillero de lo normal (demasiadas cosas pasan porque sí) y que, si no sabes de la imaginería del 40k, te puedes quedar algo fuera de juego en algunos momentos. Eso sí, es tan vibrante y divertido como siempre. Acción muy bien narrada sin descanso en el estilo tan ameno y gráfico característico del autor.

En resumen, es un libro que presenta ciertas incoherencias, pues muchas cosas se escribieron antes de decidir hacer una saga. Por ello, las referencias temporales y/o de caracteres de personajes se cuidan algo menos. No obstante, su narración fragmentada nos permite conocer mucho mejor a todos los personajes de esta saga tan coral. El trabajo de presentación de los personajes está muy bien conseguido y la acción es apasionante. Abnett demuestra otra vez que es el mejor escritor de la franquicia. Exceptuando el último relato, cualquier profano a la franquicia puede leerlo y disfrutarlo.

Siendo el segundo libro de la saga, es una “continuación” más que digna, a pesar de algunos altibajos.


Dan Abnett demuestra nuevamente su buen hacer construyendo una trama sólida y narrada con notable amenidad. Las descripciones de los enfrentamientos bélicos están muy bien logradas, la atmósfera individual y colectiva de las diversas situaciones se traza con bastante acierto mediante unas pocas y eficaces descripciones que consiguen ubicar emocionalmente al lector sin aburrirle, y el ritmo general de la historia es más que aceptable en una obra de estas características. Tal vez se echa de menos algunos apuntes más sobre la raza alienígena oculta en Montax y su relación con el secreto allí escondido, información que quizás poseen los jugadores del juego de mesa, aunque no necesariamente ha de ser accesible para un lector cualquiera.

Nota: 8
Nota amazon: 7.76

2 comentarios:

  1. Totalmente prescindible. Solo para incondicionales acerrimos de los fantasmas. Para mi un sacacuartos.

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  2. Entiendo que no te ha gustado xD.
    Para el momento en qué salió, fue ideal. Relatos cortos y buenos y profundizar en los personajes principales.

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