domingo, 20 de agosto de 2023

Blackwood

Y hete aquí que Rodrigo Cortés y el guionista Chris Sparling se habían hecho amigos mientras rodaban Buried. Así que cuando Sparling se vio en la necesidad de encontrar (y rapidito) un director para que sacara adelante el proyecto que tenía entre manos, recurrió a su antiguo amigo para ello. A pesar de que llevaba bastante tiempo sin ponerse tras la cámara, nuestro todopoderoso director fue el escogido por los productores para transportar el guión de Sparling a la gran pantalla.

Blackwood es un instituto / escuela especial de Charles Xavier para jovenes talentos, destinada para que gente escogida pueda desarrollar sus habilidades ocultas y maravillar al mundo. Nuestra protagonista, que siempre ha notado que hay algo que no encaja en su vida, es enviada allí. Pronto se dará cuenta de que hay algo que no encaja con la realidad, pues el tenebroso edificio oculta secretos que más vale no sacar a la luz...

Esta película es la adaptación a la gran pantalla de Down a Dark Hall, una novela de terror adolescente, ya casi clásico dentro del mundo anglosajón, donde cosechó gran éxito a lo largo de diversas generaciones desde su publicación a mediados de los 70. Escrito por Lois Duncan, veterana en este tipo de propuestas al más puro estilo R. L. Stine, siendo su libro más famoso Se lo que hicisteis el último verano. A alguien se le ocurrió rodar una película de bajo presupuesto aprovechando uno de sus libros referencia y así nació este Blackwood que tenemos hoy en pantalla.

Así, tenemos la enésima academia victoriana para enderezar caracteres problemáticos que, obviamente, tiene los secretos paranormales de rigor, un poco de esclavización de almas, algún ritual satánico y portales al más allá. Mucho más importante en el libro y aquí apenas esbozado, tenemos una pequeña vuelta de tuerca sobre el papel del talento en la vida de las personas, sobre si aquellas que brillan más se apagan antes y los sacrificios que tenemos que hacer para llegar al éxito. Vendida como película de terror, se acerca mucho más a propuestas de thriller sobrenatural, jugando más con las atmósferas malsanas que con los sustos gratuitos.

Lo más destacable de la película es su brillante (jé) puesta en escena. A pesar de contar con un presupuesto ridículo, Cortés hace su trabajo con pulcritud y recrea unos escenarios barrocos y sombríos. Juega con las iluminaciones y los colores para transmitirnos con intensidad (quizás demasiada) que hay algo que no cuadra en la Academia Blackwood y, cuando la cosa se sale de madre, mantiene una imaginería muy resultona. Hay que perdonarle un par de gazapos gordos de montaje y se nota que faltan cuartos por todos lados, pero sirve como escenario para una buena historia de terror gótico. Podríamos pasarlo incluso como una versión de baratillo de La Cumbre Escarlata, incluso, con sus mismas virtudes y mismos defectos.

Defectos que, en el caso de Blackwood, no son pocos. Además de su falta de presupuesto, adolece de tener un guión bastante flojete que no brinda a sus personajes de carácter ni de diálogos que valgan la pena. Después de un inicio al ralentí, el ritmo mejora agradablemente al llegar a la academia, llegando a rematar la función con un mínimo de gracia. Sin embargo, no es capaz de tener algo distintivo que la permita separarse de la miriada de propuestas similares que existen sobre el mismo tema, olvidándose tan pronto como se ve.

Conscientes del proyecto en el que están, el elenco actoral no hace gran cosa por levantar el tinglado. A diferencia de Luces Rojas, el tener aquí algunos nombre conocidos no sirve para levantar el proyecto. Se debe destacar a una inexplicable Uma Thurman, que apostaría que ha rodado todas sus escenas el mismo día para irse a su casa con el cheque y olvidar que ha trabajado aquí. Lo mismo ocurre con AnnaSophia Robb, antaño estrella infantil que al hacerse adulta ha sufrido una carrera más que irregular. Ni ellas dos ni el resto de actores llegan siquiera al aprobado, sufriendo también lo poco que el guión les ofrece.


Blackwood está bien realizada desde el punto de vista técnico. La fotografía es buena y los decorados resultones. El montaje provee de un ritmo decente que se complementa con la música sin estridencias. Sin embargo, el flojísimo guión no es capaz de tener nada mínimamente memorable, los diálogos son pobres y la trama peca de genérica y previsible, sin tener nada que la haga destacar dentro del sub-género de "Academia maligna". Si además lo complementamos con unas actrices principales que trabajan con el automático puesto durante todo el metraje, tenemos una propuesta que puede servir para pasar una tarde agradable, pero que no deja el más mínimo poso en la memoria.

 

nota: 3

Nota filmaffinity: 4.6

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