miércoles, 14 de junio de 2023

Más allá del jardín (Antonio Gala)

Como siempre ocurre con la Cesta’13, me sirve para acercarme a autores a los cuales no acudiría en condiciones normales. Una vez más, le toca al libro Nº62 un aproximación de estilo. Del recientemente desaparecido Antonio Gala, acometemos un libro de un género que no me entusiasme en exceso.

Título: Más allá del jardín

Autor: Antonio Gala

“A Palmira Gadea le abrumaba la certeza de que jamás le ocurriría nada <<terriblemente auténtico>>, pero cuando parecía que su periplo vital estaba completo, decide tomar las riendas de su existencia. Para lograrlo, tendrá que dejar el jardín que ha sido su refugio durante toda su vida, y enfrentarse a nuevas experiencias que le permitirán ser ella misma lejos de los clichés establecidos para una dama de la alta sociedad sevillana.”

Este señor tocho desglosa en más de 500 páginas todos los pensamientos de una mujer a lo largo de su madurez, mientras transcurre una vida que no es especialmente interesante. Toda la novela gira en torno a Palmira desde su punto de vista, con sus pensamientos y actos desde un punto de vista subjetivo. Tiene su gracia comprobar cómo se engaña a sí misma con realidades que no quiere aceptar, sus devaneos para asegurarse que tiene un lugar en el mundo o la frustración al no ser capaz de aceptar que ya perdió la belleza que tuvo en su momento. Por otro lado, gran parte de sus “aventuras” no tienen apenas relevancia, pues la vida de una pija sevillana entrada en años no me llega a emocionar demasiado.

Lo que sí tiene es la inmensa pluma de Gala. Este hombre sabía escribir y vaya si lo demuestra. Encontramos profusión de adjetivos, descripciones de ambientes y lugares repletos de belleza, decrepitud o madurez. Si tienes paciencia para deleitarte con sus parrafadas sobre flores, cerámicas, vestidos y peinados, puedes llegar a gozarlo mucho. Además, me gusta mucho el juego de metáforas que hace utilizando la evolución del jardín como analogía de la vida. Muy bien buscado y excelentemente aprovechado.

El libro tiene tres partes muy diferenciadas, tanto en tono como en temática.

En su primera parte, Palmira contempla asombrada la llegada de la menopausia, lo que le causa un trauma importante. Durante toda su vida ha sido feliz en su papel de mujer florero. Tras casarse y tener tres hijos casi seguidos, ha dedicado su existencia a tener el jardín más bello de sus amistades y acoger fiestas de la alta sociedad con una sonrisa radiante, mientras veía como sus retoños eran criados por su nanny correspondiente. Si hace dos días se sentía joven y llena de fuerzas, la llegada de la menopausia le dice que se ha convertido en una vieja pelleja que ya sólo puede dedicarse a esperar la muerte. La falta de la menstruación niega en ella su papel de “mujer” que ha sido su única referencia vital durante treinta años, por lo que se siente confusa y falta de motivación ante el reto de levantarse un día más de la cama. Ante este acercamiento a la depresión, abundan los monólogos interiores sobre cómo debe ser una mujer “de bien”, sintiéndose traicionada, pues ha seguido las normas con toda “decencia” y ello no le ha traído la felicidad, sino la sensación de que han desaparecido muchos años de su vida.


Después de haber (casi) tocado fondo durante un buen puñado de páginas, salvada por su familia, que la quiere a pesar de sus excentricidades, Palmira decide romper con lo que ha sido su vida y buscar un nuevo lugar en la sociedad sevillana. Dispuesta a aprovechar al máximo el poco tiempo que (ella cree) que le queda antes de quedar reducida a un vegetal en silla de ruedas, no va a perder un segundo en darse todos los gustos que antes no se había dado por ser “indecentes”. Sin embargo, su alrededor no parece querer aceptar esta revolución y el “qué dirán” reacciona visceralmente en contra de la nueva Palmira. Si toda la vida ha sido una mujer que vivía un poco en su mundo, ¿a qué viene este arranque hedonista a su edad? Aquí tenemos los capítulos más movidos, ya que aparecen problemas en el seno familiar y florecen las consecuencias del pasotismo con que ha llevado la crianza de sus hijos.

Finalmente, tras unos hechos especialmente duros con los que acaba la segunda parte, Palmira decide hacer un alto en el camino, alejarse de todos y buscar su lugar en el mundo. De una manera inesperada, descubre el placer de ayudar a los demás y acaba embarcándose en una aventura algo loca como misionera en un país subsahariano. Lo que para el resto de su familia es una fase más de las tonterías de la abuela, para Palmira es un reencuentro consigo misma, lo que le lleva a una nueva felicidad de la que ella no se creía merecedora. Una serie de hechos desembocarán a un desenlace que nos mostrará cuando ha cambiado esta Palmira respecto a la que comenzó el libro.

Toda la historia está contada a partir de los pensamientos internos de Palmira y de su punto de vista. Así, llegamos a conocer MUY bien al personaje. Entendemos porqué realiza cada acción, que busca en cada decisión y cómo es afectada por todos los embates de la vida. Sin embargo, esto implica que no sabemos nada que ella no sepa o intuya. En muchos casos, hay hechos que suceden fuera de su alcance de los que nos enteramos de rebote, de oídas, cuando a ella le llega la información. Por ello, tenemos que hacer el esfuerzo de entender qué ha ocurrido y cómo se ha llegado a esa situación. Especialmente porque incluso entonces siempre lo vemos desde su prisma, con la interpretación que ella da a las cosas. Si bien disfruto cuando hay un narrador poco fiable al aparato (y esto es algo que Gala maneja estupendamente), la poca empatía con que se mueve Palmira provoca que el desarrollo de personajes sea bastante reducido, limitándose a ser nombres que circulan por su vida a los que les van pasando cosas, siendo más importantes las consecuencias que sus vicisitudes tienen para Palmira que lo que realmente ha ocurrido.

Lo mismo ocurre con la parsimonia con la que transcurre la acción. Apenas ocurre nada en un montón de páginas y, cuando algo pasa, Palmira no siempre sabe reaccionar, lo que no contribuye a hacer el libro atractivo. En muchos casos, me sorprendía al darme cuenta de lo poco que me interesaba aquello que se me estaba contando. ¿Más allá del jardín está bien escrito? Rotundamente sí. ¿Me aburre? También sí.

Este drama crepuscular con descubrimiento de un nuevo lugar en el mundo está escrito con talento. Gala demuestra una gran habilidad con la pluma a la hora de describir ambientes, lugares y pensamientos. Sin embargo, los dramas cotidianos de una pija menopáusica no son especialmente apasionantes. No dudo que se trata de un libro que tenga su público, que disfrutará son sus páginas, pero yo no lo soy. Aún con sus cosas valorables, un buen aburrimiento de libro.

 

Nota: 3

Nota goodreads: 3.45/5 

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