lunes, 18 de octubre de 2021

Los fantasmas atacan al jefe

Dentro del carro de películas pendientes desde hacía lustros, recojo ésta que, no sé por qué razón, tenía ubicada dentro del terror. A pesar de Bill Murray no me había acercado a ella, encontrándome una comedia que nos cuenta una versión muy sui géneris de Cuento de Navidad.

Bill Murray es el Scrooge de 1985. En vez de un avaro prestamista, es el ejecutivo director de una cadena de televisión, que ensalza y hunde programas (y todas las vidas implicadas) sin pestañear, tan obcecado en el trabajo que ya ha olvidado cualquier sentimiento, gozando gozando de humillar a todos aquellos que intentan aportar algo de humanidad al día a día de la cadena. En la noche de Navidad, se le aparecerán los Tres Fantasmas y empieza la historia que todos conocemos, con el carisma de Murray por bandera para proporcionar 90 minutos de entretenimiento navideño la mar de funcional.

Evidentemente, es el amo absoluto del show que se adueña de cada escena a base de morro y carisma, dando lugar a un buen porrón de chistes de casi todo pelo que funcionan estupendamente. Si sois de los que no os cae bien el actor, pues no os acerquéis a esta película, claro, que aquí tendréis una buena sobredosis. Lo que sí tenemos son un torrente de risas que se suceden a buen ritmo, apenas interrumpidas por las necesidades narrativas mínimas y, obvio, el final bienintencionado que pide una película de este calado.

La duración se ajusta con acierto a lo que pide el guión, con un Richard Donner muy correcto, escogiendo la puesta en escena adecuada para cada momento y haciendo avanzar la trama con un ritmo vivo pero no frenético. No se molesta en hacer ningún alarde de virtuosismo, pero completa el trabajo sin ningún error. ¡Qué gusto y que tino tenía el hombre para hacer propuestas familiares agradables!

Evidentemente, la película es lo que es y da para lo que da. Tampoco le pidamos otra cosa. Es simpática, da 100 minutitos de entretenimiento agradable y, claro está, entra muy fina en Navidad. De trascendencia va justita y tiene un final muy ingenuo, pero oye, que es Dickens y Murray, que de malo tienen poco.

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 5.9 

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