domingo, 12 de abril de 2020

Misterioso asesinato en Manhattan


Quizás es porque tenía ganas de resarcirme después del mal sabor de boca que me dejó la última película Marvel, pero había ganas de ponerse una comedia que funcionara estupendamente. De entre sus posibilidades, lo que mejor se me pasó por delante fue volver a ver una de las comedietas más locas del mejor Woody Allen, que toquetea el cine de Hitchcock pasándolo por su particular filtro.

Pues esto es una señora algo madura, bastante pijilla y muy aburrida que cree ver a su vecino acabar con su mujer. Asustada, lo cuenta todo a su neurótico esposo, que no está por la labor de ponerse a investigar. Como ella no se ha quedado tranquila, decide liar a su candidato a amante para jugar a los detectives, lo que provocará una serie de enredos de lo más loco, especialmente cuando los celos obliguen al atribulado marido a ponerse también manos a la obra. A su manera, la investigación progresa en una trama en la que nada (y todo) es lo que parece.

Así pues, partiendo del armazón de un thriller que bebe mucho de La ventana indiscreta, Woody Allen toquetea lo que necesita para convertir el film en una comedia loquísima en la que se suceden los diálogos ingeniosos, las situaciones improbables y la lógica más aplastante empleada de la manera más absurda. La maniática personalidad de unos personajes muy bien trazados provoca un buen puñado de sucesos inesperados, formando un rompecabezas un poco raro que uno sabe muy bien qué va a ser, pero que no puede evitar disfrutar su montaje.

Gracias al tremendo arsenal de diálogos llenos de miga y a las aristas que presenta cada personaje, los actores tienen ante sí un caramelito que aprovechar. Se esfuerzan sobremanera para dar vida a unos personajes inolvidables, destilando una química inusual, sólo al alcance de un elenco en estado de gracia. Diane Keaton, Alan Alda y el propio Woody Allen, están todos magníficos.



El guión no sólo contiene una profusión de diálogos certeros sino que Allen le ha metido una crítica al pijerío neoyorkino (del que él siempre ha formado parte), siempre centrado en veleidades intelectuales y tan aburridos que se “inventan” un asesinato para así tener algo en que entretenerse. Aprovecha también esta parodia para dejar claro cuánto sabe de estos temas, metiendo dentro del guión referencias de actores (Astaire, Bogart), directores (Welles, Wider), películas (Perdición, la dama de Shanghai), además de pedradas gratuitas a escritores (Joyce), pintores (Monet) y alguna frase famosa sobre invadir Polonia. Lo más curioso es que esta tonelada de guiños están tan bien metidos dentro de los diálogos que no chirrían en ningún momento. El profano no nota nada extraño en la construcción de las frases y disfrutará como un cosaco de los chistes, mientras que el cultivado en estas cosas veredes se lo pasará como un enano reconociendo todo el chillón de referencias que hay ahí metidas.

Me resulta curioso que una película tan redonda, que exige una gran atención por parte del director y una mirada tan optimista del mundo se produjera justo durante el divorcio con Mia Farrow. Justo acababa de salir inocente del juicio por abusos y necesitaba un proyecto ligero con el que desconectar y divertirse. Y vaya sí le salió bien. Quizás por las ganas de centrarse en el trabajo por un tiempo, nos brinda un thriller en el que estás en tensión para saber qué demonios ocurre, mientras se te bombardea a chistes por todos lados, demostrando una brutal inventiva a la hora de crear escenas tan inusuales como certeras (la escena del ascensor, las amenazas telefónicas o la excéntrica declaración policial).



Dos horitas de la mejor comedia mezclada con un thriller que bebe de los maestros, con unos actores en estado de gracia y unos diálogos impagables marca de la casa. Esta delicia llena de buen rollo se pasa como un suspiro, conformando una de las comedias más desternillantes y redondas del particular director neoyorkino.

Vamos, que se nota que me ha encantado la película, ¿no?

Nota: 9
Nota filmaffinity: 7.8

No hay comentarios:

Publicar un comentario