lunes, 24 de septiembre de 2018

Así en el cielo como en la Tierra


Recordaba haber visto esta película hace mucho y, con ganas de poner una cosilla absurdilla y diferente a mi pareja, nos pusimos con este clasquillo. De vez en cuando me gustan las cosas extrañitas

José Luis Cuerda firmó un puñado de películas muy idas de olla en los ochenta, siendo ésta la que recuerdo con más cariño. Así en el cielo como en la Tierra es una paja mental en la que no se deja títere con cabeza. En la película, el cielo se trasfigura en una suerte extraña de típiquísimo pueblo español de la Castilla profunda. El alcalde del “pueblo” es Dios, que no ha quedado muy contento con los últimos tres mil años de humanidad. Jesús es un amargado resentido por el trato que se le dio cuando bajó a la Tierra… Y así podemos seguir con toda la plétora de personajes que conforman las fuerzas vivas del pueblo y de la Historia Sagrada, en una irreverente metáfora en la que los santos se hayan tan perdidos y desanimados como la descreída humanidad que habita abajo. 

A primera vista puede parecer que se está realizando una parodia de la Iglesia (bueno, sí, un poco), lo cual se refuerza al comprobar que no falta NADA de la Historia Sagrada. Sin embargo, a la que analizamos un poco, podríamos ver que se está usando a la mitología católica más pura para hacer una parodia de la sociedad española, de sus vicios, virtudes y defectos más característicos. Este delirio no tiene especiales ganas de ofender al respetable, centrándose más en provocar un poquito y, sobretodo, hacer reflexionar a propios y extraños, religiosos y agnósticos, pasando por ateísmos varios. 


Lo que más se puede destacar es que cuenta con un puñado de actores en estado de gracia, ganándose cada uno de ellos un hueco en nuestro corazoncito, interpretando a la perfección a los duales personajes. El mejor de todos es el genial Luis Ciges, un borrachín recién acogido en el cielo que sirve de cicerone para que conozcamos lo que ocurre en el cielo. Dios es el alcalde, puro carisma arrollador a cargo de Fernando Fernán Gómez, Jesús es un amargado Jesús Bonilla que vive acomplejado por ver robado su momento de gloria. San Pedro es, obviamente, el capitán de la Guardia Civil, interpretado por el inefable Francisco Rabal. El Arcángel Gabriel es el sereno del pueblo, un Enrique San Francisco que está bien harto de anunciaciones y estas cosas y así podríamos seguir con Manuel Aleixandre, Gabino Diego y un elenco de lo más granadito.

Además, el guión es un puro delirio en el que tu capacidad de asombro se lleva hasta el límite. Plantea un Cielo lleno de descreídos en el que Dios decide desatar el Apocalipsis, para hacer una buena escabechina abajo, levantar el humor patriótico arriba y, de paso, recordar a la humanidad quién manda. Sin embargo, This is Spain y las cosas salen como salen. Desde todo el mundo pasando de San Juan Evangelista y su poesía, los muertos que salen del purgatorio hasta la retranca que se trae el Ciges ante cada evento, hay espacio para la mejor crítica y el descacharre padre. Quizás el mejor gag es el de Dios leyendo a Nietszche y disfrutando con sus ideas, comentando que parece que escriba a gritos y que si no fuera un poco extraño el concepto, se haría ateo. 

El remate final se produce en el desarrollo de las consecuencias del Apocalipsis. Simplemente desternillante. Puede que luego el desenlace se pase de delirante para algún que otro paladar, pero a mí me costaba no caerme de la silla a causa de las risas.


Si acaso uno de los peros que se le puede poner al film es que para apreciar bien todos los chistes se hace necesario CONOCER bien el catolicismo. Si no sabes las relaciones entre personajes, la imaginería asociada en la mitología… te vas a perder gags y los diálogos empiezan  a no tener sentido. Recuerda, “No hay que tomarlo al pie de la letra, es poesía”.

Por otro lado, cuando la veo me sale una sonrisita entrañable cuando el casticismo rural se mezcla con los vívidos recuerdos del pueblecito al que he ido cada verano. No falta nada y las relaciones entre las gentes del pueblo están clavaditas ¡Si es que en el fondo, la película es puro costumbrismo mágico!

Así en el cielo como en la tierra es una película tremendamente original, muy diferente. Se guarda un puñado de puntazos increíbles y un gusto para sorprender muy grande. Tiene el toque justo de irreverencia para provocar sin llegar a ofender, con una mezcla de parodia/homenaje al catolicismo patrio que me resulta enternecedor. Muy castiza y muy nuestra, puede que no todos casen con su humor, pero tiene gags TAN buenos que las risas están aseguradas. Se le va la castaña demasiado en el desenlace pero el aroma de sinfonía inconclusa de un planteamiento tan brillante la convierte en un espectáculo todavía más especial. Más que recomendable para echar unas risas divinas.

Nota: 8
Nota Filmaffinity: 6.8




2 comentarios:

  1. Otra que me apunto para disfrutarla. Yo soy muy de este tipo de humor absurdo. He disfrutado mucho "Amanece que no es poco", otra película de este director que me parece sencillamente deliciosa y que veo cada vez que puedo.

    Ahora estos temas de ofensas religiosas están muy de moda... ves con cuidado de que no te acusen de vete tú a saber qué y te cierren el blog!!! jajajajaja!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si te gustó "Amanece que no es poco" TIENES QUE VERLA :)

      Y si alguien se molesta, que vayan a por Cuerda, yo soy sólo un transmisor :p

      Mt

      Eliminar