sábado, 7 de febrero de 2015

Centurión

Estaba yo una tarde tonta ahí, sin nada que hacer ni tampoco muchas ganas de moverme. Llueve fuera y hace frío. Realmente apetecía no comerse mucho la cabeza y ponerse una de acción sin exigencias, pero bueno, no esperaba un engendro así. Esto de empezar el año con una candidata firme a estar entre lo peor del año tiene su mérito.

Después de que los pictos arrasen un campamento fronterizo, los romanos deciden enviar una legión a pacificar la zona. Sin embargo, toda la legión es exterminada en una única emboscada en un bosque. Los siete supervivientes quieren llegar a Londres pero para ello deciden huir hacia el norte y así despistar a sus perseguidores. Lo que no saben es que los pictos van comandados por una mala muy mala que come romanos para cenar y que no tiene la más mínima intención de dejar supervivientes, empezando así una caza implacable por las montañas escocesas.

Los primeros diez minutos prometen. El asalto inicial al campamento mola, hay pocos medios pero se usan con cabeza. Después de una matanza digitalmente sangrienta (ay ese abuso de ordenador…), una huída a vista de pájaro al estilo Señor de los Anillos y parece que empieza la historia. Pero es que luego… básicamente el guión se va a tomar viento, es que no tiene sentido. No sólo el hecho de que un pueblucho de pictos se cargue del tirón una legión entera (4200 hombres!), que tengamos a un negro campeón olímpico de maratón en el ejército, es que hay decisiones de la historia que son tan tontas que cuesta trabajo creértelas. Hay personajes que desaparecen, diálogos que faltan de una manera obvia, escenas mal cortadas (¡a mitad de frase!), enemistades que aparecen porque sí, frases lapidarias sin sentido, una mala macizorra muy bien maquillada que odia a los romanos porque los odia, una bruja tia buena macizorra que no tiene otro objetivo que enamorar al protagonista y luego un final incoherente y estúpido del todo insatisfactorio... Tendría para rato.


Pero oye, que la fotografía es muy chula e incluso hay un par de escenas de acción resultonas, pero es que una vez empieza la persecución, parece como si el director va olvidando cómo se rueda y nos va dejando una película cada vez más vacía, sangrienta e inconexa.
Se podría entender si fuera la primera película del director, pero Neil Marshall ya nos ha deleitado (o dado vergüenza ajena) con hazañas de marines contra hombres-lobo (Dog Soldiers), espeleólogas contra vampiros subterráneos (The descent) o guerreras post-apocalípticas contra punkarros caníbales (Doomsday). El esquema es siempre el mismo: un grupo se queda aislado y debe huir a lo largo de toda la película. No hay una historia ni realmente unmotivo, sólo correr para salvar la vida. En Dog soldiers o The Descent le quedaba chulo ¿Por qué aquí no hay por donde coger a la película? Una vez los romanos (con una mentalidad muy moderna) salen corriendo somos bombardeados con una colección de muertes, evisceraciones, decapitaciones y desmembramientos digitales más propio del cine de terror que del de acción, conformando un machembrado entretenidillo a ratos pero absolutamente fallido en su conjunto.

De la misma manera, tampoco hace falta ponerse fino para darse cuenta de que la ambientación histórica es de traca. Las tropas romanas no luchan así (ni se dejarían coger en una emboscada tan chusca), ni las espadas ni las lanzas se usaban así, faltan muchos años para que se inventen los estribos, los personajes históricos no coinciden… pero bueno, no es que la película presuma de verosimilitud.

Marshall insiste con otra ronda de survival thriller, pero esta persecución en sandalias está tan mal hecha que se puede volver aburrida incluso para los fans del género. La historia brilla por su ausencia, el guión es pésimo y la historia de amor es penosa, concluyendo además con un último tercio totalmente sonrojante. Mucha torpeza empaña lo que podría ser una idea decente y que, incluso, no empieza nada mal! Por lo menos es corta!

Nota: 1
Nota filmaffinity: 5.3

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