viernes, 27 de febrero de 2015

Endymion (Dan Simmons)

Dicen que soy un niño muy bueno (yo no me lo acabo de creer) y en Sant Jordi pasado me regalaron Endymion. Dan Simmons me lo hizo pasar teta con Ílion y alguien pensó que su siguiente saga me haría ilusión (y va a ser que sí). Ya sé que es una descortesía esperar casi un año para leérmelo, pero es el problema de que las lecturas se me acumulen de mala manera al estar leyendo bastante menos que antes. Por lo menos ha caído antes del Sant Jordi siguiente, ¿no?

Título: Endymion
Autor: Dan Simmons

“Doscientos setenta y cuatro años después de la caída de la RedMundial en La Caída de Hyperion, Raúl Endymion es enviado a una aventura épica. Rescatar a Aenea de la Esfinge antes de que las tropas de la Iglesia la atrapen es sólo el principio. Con ayuda de un androide llamado A. Bettik, Raúl y Aenea viajan a través del río intergaláctico Tetis, perseguidos por el Padre Capitán Frederico deSoya, un sacerdote guerrero muy influyente.
Y el Alcaudón. Que los persigue a todos…”

Setecientas páginas por delante y lo primero que aparece es un aviso para navegantes. Uno ya se puede hacer a la idea de que no se trata de un libro habitual, y más aún si el propio aviso contiene unas disculpas, ya que estás leyendo ese libro por un motivo erróneo, recalcando que no debes dejarte engañar por el contenido del mismo. Enarcas la ceja, vuelves página, atento y consciente de hallarte ante un libro con voluntad de ser diferente… Y te dejas engañar como un tonto. Después de veinte páginas en que se te explica qué NO es el libro antes de empezar la historia y caes atrapado en una historia vibrante que, sin duda, no transcurre por sendas que uno pudiera imaginar.

Y es que estamos ante ciencia ficción de la buena. Situada en el mismo universo que una saga anterior (Hyperion), es una historia trabajadísima completamente aparte de lo ocurrido anteriormente pero con referencias suficientes para que el lector veterano relaciones ambas sagas y comprende lo que ya se ha convertido en mito.

Como suele ser habitual en los libros de Dan Simmons, nos hayamos en algún momento cerca del año tres mil, la humanidad ha avanzado tecnológicamente hasta niveles sorprendentes, pero siempre de una manera “posible” para nuestra ciencia. No se nos cuenta la historia, pero se nos aportan suficientes claves para saber cómo ha evolucionado nuestro mundo (la Vieja Tierra) a lo largo de los siglos. Se te sumerge en un universo sugerente, que pide a gritos novelas y novelas dedicadas a expandirlo y así saber más de él. Un veterano del autor reconocerá rápidamente las neuras que le obsesionan: la capacidad para la resurrección, los viajes interestelares con sus consecuencias temporales, la frontera que separa las inteligencias artificiales de la vida, la existencia de redes mentales de saber mundial y las consecuencias que tiene todo ello en la sociedad. Reflexiones éticas a partir del desarrollo tecnológico, como debe ser la ciencia-ficción.

Endymion está escrita desde el punto de vista de su protagonista, Raúl, que cuenta desde la cárcel cómo fue el primer peregrinaje del Mesías redentor del Universo. Raúl es un hombre sencillo, un cazador de Hyperion que lo único que quiere es que le dejen tranquilo mientras llena su plato, pero que no podrá evitar verse inmerso en esta epopeya, ocupando en todo momento el papel de protector del grupo. Es el hombre de acción y el responsable de que todo salga bien, y mira que le toca sufrir al pobre…

Es que Aenea le incomoda, y mucho. Es una niña de apenas doce años que se sabe destinada a la gloria y la fama. Inteligentísima y asustadiza, es quién decide dónde y cómo se debe ir en un viaje de aprendizaje que le llevará a todos los rincones del universo. Tiene la capacidad de ver atisbos del futuro y conoce así muchas cosas que ocurrirán, aunque a veces se líe en cuando a en qué momento está. Un aire enigmático flota en ella durante todo el libro, manteniéndote intrigadísimo e incomodando a sus compañeros de expedición, que no siempre entienden las decisiones que toma.

El tercer miembro de la expedición es A. Bettik, miembro del peregrinaje original de Hyperion que repite. Tiene más de 300 años y aporta siempre el matiz maduro y sensato a todas las discusiones. No es un humano, por lo que no siente de la misma manera y no se ve afectado por las emociones, convirtiéndose en un pilar de seguridad para el resto.

Persiguiéndoles está Frederico DeSoya, un comandante de naves espaciales muy devoto que debe dedicarse a hacer de agente secreto persiguiendo a los tres héroes. Sabe que la tarea le viene grande pero su fe y su sentido del deber le obligan a darlo todo por conseguir sus objetivos. Debería ser el malo de la historia, pero su entrega y devoción, la de hostias que le caen por todos lados (y lo que le espera si fracasa) hacen que se le acabe cogiendo cariño.
Y el Alcaudón que los persigue a todos y recuerda que el universo está poblado de misterios insondables y fuerzas más allá de nuestra comprensión. Un aura fascinante (y molona) envuelve a este ser casi divino. ¿Qué busca? ¿Qué intenciones lo mueven?


Las crónicas del viaje que nos deja Endymion son sorprendentemente concienzudas. Cada planeta visitado viene acompañado de una descripción completa de su historia, su clima, su cultura… Construyendo así un todo coherente, un universo verosímil con toneladas de datos que aportan trasfondo y profundidad. No es una novela para todo el mundo, pues la cantidad de disgresiones que toma para describirte cada planeta, artilugio tecnológico ralla en momentos la obsesión. Toda la información es muy interesante y hará las delicias de los que gustan de una imaginería trabajada (como yo). No obstante, el ritmo se resiente y puede hacerse denso para los ávidos de más acción.

Durante 600 páginas el libro es absorbente, de los que te sumerges en un mundo aparte y cuesta incluso desconectar, con un subidón continuo y la promesa de que algo gordo va a ocurrir en cualquier momento. Los fragmentos enciclopédicos se alternan con escenas molonas en las que en cualquier momento todo va saltar por los aires. Y llegas al final de la historia y… bueno, ya te habían avisado de que estabas leyendo el libro por motivos erróneos, ¿no? El WTF final no te lo evita nadie (la flipada es de las de bandera, aunque lógica a posteriori).

 Me apetecía una buena dosis de ciencia-ficción y me la han dado con ganas. Tal como ocurrió en Ilium, el autor se saca toneladas de momentazos molones de la nada y además lo incrusta en un universo trabajado con ganas. Me lo he pasado en grande con él y me he sumergido en sus páginas como hacía tiempo que no me pasaba. Eso sí, sin hacerse pesado (¡para nada!) sí que le hubiera venido bien un poquito de ritmo. Anyway, indispensable a todos los aficionados a la ciencia ficción que no tengan miedo de recibir toneladas de datos.


Nota: 8
Nota goodreads: 4.11/5

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