sábado, 27 de diciembre de 2014

El castillo en el cielo

Llevaba una buena racha de películas densas seguidas y el cuerpo me pedía algo suavecito para poder simplemente relajarme y disfrutar. Después de hacer la selección para las 69 películas de los 80, me fijé en esta película que se había quedado fuera de la lista (sí, ya os avanzo que El castillo en el cielo no pasó el corte y no está en el especial. Hay una peli de Ghibli en él y no es ésta :p). Entre el cariño que le tengo a Miyazaki y lo que me apetecía una película “fácil” de ver, ¡pues p’adentro!

En El Castillo en el Cielo encontramos todo lo que esperaríamos que apareciera en una obra de Miyazaki (menos algún cerdo): antiguas civilizaciones muy avanzadas pero extintas, aviones por todos lados, steampunk, buenos protagonistas y sobretodo imaginación, mucha imaginación. Una persecución a bordo de un anacrónico dirigible es el pistoletazo de salida de una búsqueda mítica, una empresa que ha llevado a los hombres a surcar los cielos, a buscar más allá y llegar adonde nunca ha llegado nadie con la idea de encontrar Eldorado de este mundo, el perdido continente de Laputa.

A primera vista puede parecer que estamos ante una película de aventuras típica, con un guión anodino, personajes estereotipados, y escenas que nos recuerdan algo ya visto. Pero si nos paramos a apreciarlo encontramos algo bien distinto. La aventura es franca y típica pero no vulgar, su argumento está perfectamente estructurado y la trama, una vez lanzada, mantiene el brío con acierto pleno.

Es formalmente la primera película del estudio Ghibli pero la magia de Miyazaki ya impregna cada escena.Crea un mundo que rebosa frescura y autenticidad, le aporta una imaginería fascinante, lo puebla de personajes con alma y le añade el punto de épica que convierte una historia simple en deliciosamente épica. Todo gira en torno a la búsqueda de Laputa y no hay más que disfrutar con la llegada al castillo celeste, atravesando una tormenta impenetrable y llegando así a un mundo casi onírico para entender el genio de su autor; sin olvidar de nuevo a uno de esos personajes sin dialogo ni expresión facial que el cofundador del estudio vuelve a sacarse de la manga, nos referimos al robot que ya se ha convertido en parte de la cultura popular de la animación.

Como todos los niños (grandes o pequeños) la idea de encontrar un mundo de fantasía a la vuelta de cada esquina siempre ha tenido magia. Y es lo que se consigue en esta película. Sus protagonistas son simples niños, sin edulcorantes ni berrinches, sólo pequeños que sueñan llegar a un lugar fantástico, madurando a cada paso que dan y viviendo las aventuras que soñamos de niños. ¿Y que sabemos de Laputa? Nada, apenas un par de frases… Pero como reverberan en nuestra imaginación ¿Cómo llegó a ser en su apogeo? ¿Qué provocó su caída? Son preguntas que no se responden, sólo nacen y piden a nuestra capacidad de fascinarnos que fantasee y disfrute.


La amistad, el amor incondicional, la aventura, el pacifismo y el respeto por la naturaleza y la imaginación desbordada así como la perfección técnica son ingredientes comunes en el trabajo de Miyazaki, y presentes por supuesto en este filme. Pero él, lejos de ponerlos ahí y punto, los mezcla con acierto, dándole ritmo, corazón y aportando humor en medidas justas para entregar una obra gratificante. Desborda excesivamente el buenismo habitual en sus películas, lo que puede repeler a un espectador más curtido -junto a su historia, algo simplona-, pero cuando tu niño interior aun sabe dejarse cautivar, es imposible que no te saque una sonrisa entrañable.

Su animación es muy deudora de la época e indudablemente nos recordará a series como Heidi o Marco.Los años transcurridos desde su estreno se hacen notar y palidece ante las animaciones actuales, pero su cuidada construcción de escenas y su espléndido diseño le permiten envejecer aceptablemente. 



Destinada a pequeños de todas las edades, es una pequeña joya divertida, mágica y entretenida. Y es que una historia de piratas, de princesas, de castillos perdidos en el aire, de tesoros inmensos y robots resucitados, de naturaleza mágica y embarcaciones aéreas, de aventura sin límite es justo lo que cualquier crío necesita tener a mano.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.6

Publicado previamente en Cinéfagos aquí

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