lunes, 18 de agosto de 2025

El insoportable peso de un talento descomunal

Cuando apareció el tráiler de esta película creía que estaba viendo un video chorra de alguien con mucha imaginación y buenas dosis de ingenio. Presenté mis respetos cuando me enteré de que era realmente Nicholas Cage, que se había prestado voluntario a una broma meta a su costa. Lo más curioso de todo es que, de alguna manera, alguien se lo tomó demasiado en serio y puso dinero para hacer la película y… bueno, una vez aprobada, tenían que hacerla, ¿no?

Así, tenemos a Nicholas Cage interpretando a la afamada estrella Nicholas Cage. Se trata de un actor de buena familia, con sus altos y bajos… Bueno todos lo conocemos. Hace de sí mismo, de “nuestro” Nicholas Cage. Con muchos problemas de drogas, algunos divorcios a sus espaldas y una hija que no le habla, acepta ser llevado como “atracción” a un cumpleaños para poder mantener su tren de vida. Sin embargo, allí la cosa se complica, implicándose de alguna manera en el secuestro de la hija del presidente de Cataluña (jé), por lo que los servicios secretos le instaran a que se convierta en espía, héroe de acción y buen padre, todo en uno (o algo así).

Sorprende como Cage ha abrazado su propio meme con tantas ganas y se haya mostrado a realizar una película tan meta sobre sí mismo y su carrera. Toda la película funciona sobre el cachondeo y la confusión entre el hombre y el mito, mezclando si se trata de un homenaje, una burla o una parodia de la concepción que tiene el público de la excéntrica estrella.

La estupefacción campa a sus anchas durante la primera media hora, con un buen puñado de chistes ingeniosos que hacen diana, presto a dejarte ojiplático a la mínima de cambio. Se suceden burlas a sus propias elecciones filmográficas, homenajes extraños (y muy incómodos), intentos de explicaciones que nadie había pedido, tramas absurdas basadas en combinaciones absurdas de tramas de sus propias películas… un poti-poti de memeces muy bien paridas que provocan un buen puñado de risas. La de veces que me he encontrado pensando “ah, esto es lo que tiene que hacerme gracia” para luego caerme de la risa cinco segundos después porque el chiste del chiste ha entrado bien. Lo malo es que no paran de insistir con este leit-motiv, convertido en un running gag inacabable que se hace cansino. Que sí, que lo hemos pillado, pero id a otra cosa, por favor…

Ahí es cuando la película parece que quiere naufragar. Una vez empieza el “percal” e intentan desarrollar una trama, uno se da cuenta de que aquí nada tiene sentido y la película atraviesa un valle muy peligroso. Por suerte, la inesperada química entre Pedro Pascal, Paco León (¡) y Nicholas Cage hace que se mantengan algunos destellos de brillantez que consiguen que no dejemos la película a la mitad. Está claro que los tres se lo han pasado muy grande en estas vacaciones pagadas en Mallorca, pergeñando extravagancias cada vez más rarunas en pos de este engendro de película.

Por suerte (o no), cuando el chicle ya no da más de sí, estamos ya cansados de patochadas y es imposible estirar más el chiste, va la película y decide convertirse en una obra de acción convencional durante su desenlace. Al abandonar la broma meta y convertirse en Con Air (jé), remata la trama con cierta corrección, sus escenas de acción resultonas, un poco de emotividad y aportando un poco de sentido (ejem) a este pifostio. Sin ser nada del otro mundo, permite despedirte del film con un buen sabor de boca, mejorando el resultado final.

A ver, la broma meta es muy loca y, de alguna manera que no acabo de comprender, la desarrolla bien, con lo que se saca de la manga algún chistaco de bandera. Sin embargo, ni es taaaaan divertida ni tiene taaaanta acción como se cree ella misma, lo que da como resultado un pastiche irregular con ciertos momentos de inspiración.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 5.9 

miércoles, 13 de agosto de 2025

Neon Genesis Evangelion (el Manga)

Como no sólo de libros y películas vive el adicto, partí con la intención de traer de vez en cuando mangas, cómics y series. La verdad es que apenas se han pasado y, quizás, ya tocaba. Así que hoy hablaremos un poquito del manga de Neon Genesis Evangelion.

Uno de los clásicos de la ciencia-ficción dentro de los mangas, nos sitúa en un futuro próximo en el que la Tierra es atacada por unos monstruos gigantes, llamados Ángeles. La única línea de defensa radica en unos robots gigantes (los EVAs) tripulados por unos adolescentes, enfrentados a un reto que les supera por mucho. O al menos, este sería el planteamiento, porque luego la trama se complica sobremanera en dos vertientes. Por un lado, tenemos una serie de conspiraciones dentro de conspiraciones en la que se hace difícil conocer cuál es la verdad sobre lo que ocurre. Por otro lado, tenemos las tribulaciones de los tres adolescentes protagonistas, que malditas las ganas que tienen de subirse a un EVA y jugarse la vida cada día, pues bastante tienen con sus traumas y sus comidas de tarro de gran o enorme tamaño.

Se trata de uno de los pocos mangas realizados a partir de un anime pre-existente. Algún día hablaré de la serie en profundidad (personajes, implicaciones psicológicas, tramas, etc.), pero hoy me centraré en el manga derivado.  Publicado pocos años después de la finalización de la serie original, sus 10 tomos le otorgan un mayor espacio para explicar los mismos hechos del anime. Así, sin realmente cambiar nada, permite que la trama respire, añadiendo poco y trascendencia a una historia que en 24 episodios, ocurre demasiado a calzón quitado.

El objetivo de este manga es, dicho por los propios autores, servir a modo de aclaración y corrección de la historia original. Al aumentar el protagonismo de los secundarios (o darles espacio para expresarse), permite entender todos los sucesos que transcurren entre bambalinas, ocultos a ojos de los protagonistas, respondiendo así a muchas de las preguntas que permanecían en el aire y confundían a un espectador despistado. Así, comprendemos mejor los traumas de Shinji, la necesidad de aceptación de Akane, qué trabajo tiene Misato (y su amor), el origen de Rei (de los que se clavan en las entrañas) y, sobretodo, aporta orden entre el marasmo de tramas conspiranoicas que no había quien entendiera.

Y sobre todo, por el final. Los dos últimos capítulos de la serie original constituyen uno de los desenlaces más polémicos de su género. Cualquiera que los viera, a finales de 1995, sin más contexto que los 22 capítulos anteriores, se quedaría con el culo muy torcido, incapaz de entender qué ocurría. Se gastaron verdaderos mares de tinta discutiendo los hechos y las interpretaciones que implicaban las frases e imágenes mostradas. Este manga surge como necesidad de los propios autores de explicar un desenlace que no pudieron rodar de otra manera (cosa que contaré en la reseña del anime). Podríamos decir que, originalmente, los dos últimos capítulos se ven desde el punto de vista exclusivo de Shinji, enterándonos únicamente de lo que le ocurre. Podemos ver su desesperación al comprender que “ahí afuera” ha llegado el fin del mundo, que él es incapaz de hacer nada para evitarlo, pero al mismo tiempo debe tomar una decisión consciente de que ninguna solución es buena . El manga se explaya (un tomo entero) en explicarnos qué ocurre lejos, “fuera de Shinji”, permitiendo que entendamos “algo” de lo que ocurre. La paja mental es de bandera, no lo negaremos, pero no es tan confusa. Se pierde quizás el punto de fascinación del anime de “nomeenterodequéestaocurriendoperocomomolatodo”, pero resulta ideal para leer después de alucinar con la serie y así poder volver a empezar su visionado apreciando mejor qué ocurre en cada momento.

SPOILER. Debemos entender que, después del segundo impacto, NERV ha encontrado a los Adán y Eva original, y está experimentando con ellos, obteniendo un poder que va más allá de la comprensión humana. Dios no quiere que la Humanidad trastee con cosas que no comprende, así que envía a sus ángeles para exterminarla y recuperar a sus hijos. Por otro lado, Gendo está intentando hacerse con el control total de ese poder, a espaldas de NERV, para destruir a Dios y así permitir a la Humanidad progresar en su evolución. Por su parte, SEELE conspira para utilizar ese poder y conseguir la dominación mundial. Al final, Gendo se sale más o menos con la suya, destruyendo la poca cordura que guardaba Shinji en el proceso. Por si fuera poco, éste último se ve obligado además a tomar una decisión imposible sobre cómo debe desaparecer el ser humano, consiguiendo una nueva oportunidad gracias a su bondad. Se produce así un reinicio de la historia, ya sea para repetir los mismos errores o hacer las cosas de otra manera. FIN DEL SPOILER

A lo largo de los años, los creadores de Evangelion han hecho un montón de versiones sobre el mismo tema, cambiando hechos, poniendo y quitando personajes, permitiendo una suerte de revisitación continua de una misma trama, con diferentes interpretaciones y conclusiones. Cada X tiempo, te permiten volver a montarte en un EVA y maravillarte con las posibilidades que ofrece este nuevo viaje. Así, es posible que la versión que te ha llevado hasta aquí sea algo diferente y puedas llegar a un lugar distinto del que te arroja este manga.

El manga de Neon Genesis Evangelion, funciona como una obra complementaria del anime. Respeta su diseño y sus ritmos, presto a ser leído después de haber flipado por primera vez con la historia. Quizás ha quedado un poco olvidada para los nuevos lectores (Ya tiene 30 años) y tiene el mismo problema tetil de su época (estos japos salidos), pero es una fuente de referencias tan grande que cualquier friki (o no friki) debería darle un tiento, que la experiencia vale la pena. Ciencia-ficción de la buena, toneladas de acción de la buena y pajas mentales sobre el futuro de la humanidad de las buenas.

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.25/5

  

lunes, 11 de agosto de 2025

Pinocho de Guillermo del Toro

A pesar del parón de verano, continuamos por aquí. Después de una película que es pura cotidianeidad, hoy nos detenemos en una de las obras más bonitas que la animación ha dado en los últimos años.

No creo que haga falta presentar mucho una historia tan conocida como la de Pinocho: la marioneta de madera que cobra vida y sueña con ser un niño de verdad. Entremedias, pasará mil aventuras y se meterá en chorropotocientos follones.

Del Toro no inventa nada (o casi) en cuanto a su adaptación. La mueve un poco temporalmente y la sitúa en la Italia pre-fascista, por lo que las vicisitudes de Pinocho y sus amigos se entremezclaran con las del propio país, con aparición de Mussolini incluida. Lo que sí hace es contar cada entuerto con un virtuosismo tal que consigue maravillarnos con escenas que hemos visto mil veces.



Siguiendo una narración exageradamente episódica, cogemos rápido odio y cariño a los personajes que ya conocemos. Aquí el diseño de cada escena coge un tinte más oscuro (incluso) del esperado, pues la dura bota del fascismo se hace patente. El pueblo sufre los abusos de los poderosos, el miedo corre por las calles y la gente sin escrúpulos hace su agosto con los ingenuos como Pinocho. Después de todo, el detonante de toda la historia es un bombardeo sobre el pueblo de Gepetto.

Cada detalle que aparece en pantalla merece una felicitación por su trabajo de orfebrería en una animación que mezcla ordenador y stop-motion. El gusto en el detalle se aprecia en su meticulosidad a la hora de complementar la trama que se está desplegando, dando una pátina de tangibilidad a un cuento imposible. Nunca habíamos visto a Pinocho y sus amigos moverse en un lienzo tan bello y desasosegante como en este cuento tétrico que Del Toro ha creado.

Y es que este Pinocho tiene muy mala idea. Del Toro nos mete temas oscuros en vena, los adereza con un humor incómodo y la ingenuidad de un niño inconsciente de la trascendencia de las decisiones que toma. Se aborda el hecho de morir, la necesidad de guardar duelo y la posibilidad de redención (o falta de ella). Todo ello a un ritmo vivo, que no deja descansar y en un torrente de belleza que distrae de las brutalidades que se muestran en pantalla (o justo fuera de ella).

Se complementa con una partitura bellísima a cargo de Alexandre Desplat, que capta el tono melancólico del metraje. Saben emocionar como deben, profundizando en los sentimientos de los personajes, acompañando sin por ello decirte cómo debes sentir.

Pinocho fue uno de los Oscar de animación más cantados y obvios en bastante tiempo. Proponía una versión muy distintiva de una historia que conocemos, la contaba con mimo y además brindaba una obra de arte en cada encuadre. Simplemente magnífica.

La lástima es que El gato con botas – El último deseo coincidiera justo ese año. Nuestro peludo amigo habría ganado casi cualquier otro año.

 

Nota: 9

Nota filmaffinity: 7.0