Había oído hablar mucho de la Casa de muñecas de Ibsen como una de las obras fundacionales del feminismo, tanto nombrada como homenajeada en un montón de obras, pero nunca había leído la obra original. Como me ha llegado dentro de la Cesta’13, pues vamos a darle un tiento, que el libro es delgadito.
Título:
Casa de muñecas
Autor:
Henrik Ibsen
Título
original: Et dukkehjem
Traducción:
Isidro Maltrana
“Cualquier persona con unas dosis mínimas de sensibilidad literaria y, al mismo tiempo, preocupada por los problemas de la mujer -o mejor aún, por los problemas del ser humano en el mundo imperfecto y repleto de carencias, injusticias y desigualdades que nos ha tocado vivir- no podrá sustraerse al poderoso influjo, al sombro y a un hondo sentimiento de admiración por esta obra, Casa de muñecas, que vio la luz en las postrimerías del pasado siglo (1880). Y por todo lo que esta genial pieza dramática ha significado y significa, por esa galería de arquetipos humanos, de una fuerza y vigor inusuales, encabezada por el principal de ellos, el de Nora, la protagonista, ya arquetipo universal de la literatura dramática de todos los tiempos.”
Bueno,
un resumen de contraportada que no dice nada. Será cuestión de poner de nuestra
parte. La acción gira en torno a Nora Helma, una mujer de clase relativamente
alta de Oslo. Aparentemente, su vida no podía ser mejor: tiene un marido que la
adora, un puñado de criados que le cuidan la casa, unos hijos amantísimos no
especialmente revoltosos, dineros para sus compras… Pero Nora NO es feliz. ¿Por
qué? Porque vive en una casa de muñecas: es una casa bellísima perfectamente
equipada, pero es controlada y no tienen ningún poder de decisión; es una casa
destinada a que otro (su marido) disfrute y se entretenga con Nora. ¿El dinero?
Todo el que quiera, pero siempre pidiéndoselo a su marido. ¿Diversiones? Sin
problema, pero siempre con el permiso de su marido. ¿Las vacaciones? Donde él
quiera, obviamente. Que sí, que él es buena gente (por suerte) y la quiere
mucho, pero el rol que él (y la sociedad) quiere es el que es, algo con lo que
Nora no se siente muy a gusto.
Esta metáfora de la visión de Nora de su vida como una casa de muñecas y sus intentos de rebeldía son una muestra de la situación de la mujer en la época (finales del XIX). Ahora es su marido quién dirige su vida, antes fue su padre. Nora no sabe quién (o qué) es, ya que siempre ha sido condicionada por la sociedad para comportarse tal como debe ser una esposa amorosa, es decir, obedecer con discreción los deseos de su marido. El resultado es una mujer que es aparentemente débil y controlable. Sin embargo, las circunstancias provocan que Nora deba guardar un secreto bien gordo, lo que desafiará las normas establecidas y generará un buen montón de problemas.
Escrita
en 1879 se trata de una de las primeras obras abiertamente feministas que llegó
al gran público. Constituye un hito dentro del desarrollo de heroínas femeninas
realmente independientes, rechazando los condicionantes que la sociedad obligaba
a aceptar incondicionalmente. En este caso, muestra el destino de las mujeres
casadas, en un momento de la historia de Noruega donde no tenían oportunidades
razonables para autorrealizarse en un mundo que tenía un papel muy marcado para
ellas.
Me resulta especialmente ilustrativo como Nora es incapaz de hacer comprender a su marido de que su percepción de la realidad y lo que desea hacer con su vida es incompatible con la concepción que tiene de ella de una muñeca, que sólo actúa por placer y capricho. A pesar del paso del tiempo, el tratamiento destaca por su verosimilitud, mostrándose realista, sin idealizaciones ni maniqueísmos, especialmente a medida que la “rebelión” de Nora va adquiriendo intensidad.
Hoy en día, hay algunos aspectos que están superados (por suerte) y otros que no (hay que seguir trabajando en ello), pues me he sorprendido al comprobar que muchas de las actitudes de los personajes no son tan lejanas a aquellas que podemos ver hoy día. Un lector que acometa este libro de hace ya 150 años podrá ventilarselo en dos tardecitas mientras se indigna con unos y otros.
Plantea
(bien) una situación muy reconocible por todos y deja caer las opciones del
momento a la problemática. Entiendo la ruptura que supuso con lo
establecido y, sobretodo, la influencia
que pudo tener con las obras que se crearon en los siguientes años,
reconociendo guiños y analogías de un montón de libros.
Me
gustaría poder ver esta historia en una buena obra de teatro, que es como se ha
concebido.
Nota:
7
Nota goodreads: 3.75/5
Hola!
ResponderEliminarTuve la suerte de verla en teatro y me dejó con mal cuerpo de lo buena que fue la representación.
Un abrazo.