viernes, 2 de julio de 2021

El almuerzo desnudo

Cronenberg es un director que me gusta. Aquí ya he reseñado unas cuantas de sus películas y ya habréis notado que me parecen fascinantes. También suelen tener el problema de que se me hace muy raro querer ver sus películas más de una vez. Son desagradables, incluso estomagantes, muy malrolleras, con ganas de provocar las vísceras del espectador. Ésta es de las pocas que me faltaban del autor, y ya tocaba ponerse algún día con ella.

El almuerzo desnudo presenta a un escritor que, tras la extraña muerte de su mujer, se lanza al consumo de (casi) todas las drogas posibles. De alguna manera, se las arregla para viajar a la Interzona, un lugar sin nombre del próximo Oriente, en el que hará las veces de espía para el Gobierno. Una vez allí, las alucinaciones que sufría se desatan, cayendo a un infierno pesadillesco en el que se hace muy difícil distinguir la realidad del delirio.

Incluso tratándose de una película de este director, mi pregunta al final es simple: “¿Qué demonios he visto?”. Se me hace muy difícil calificar este viaje que nos presenta Cronenberg, pues la realidad salta por la ventana casi desde el segundo uno de metraje. Además, la inmutabilidad del protagonista a la hora de reaccionar ante el viaje psicotrópico en que se haya contribuye a aumentar la sensación de confusión. Nosotros estamos alucinando ante la lisergia que se desata ante sus ojos, pero él reacciona con naturalidad ante la aparición de monstruos, cucarachas y cuerpos desmembrados, como quién da un paseo por el parque, aumentando así nuestra desazón.

Es un esperpento en sí mismo, un engendro que te atrapa y hace lo que quiere contigo. Fascina, extraña y descoloca mientras te devanas los sesos intentando comprender qué demonios está ocurriendo. Este juego narrativo se entiende mejor si conoces la historia detrás del libro en que se basa. Burroughs, autor original de la novela, se construye a partir de los fragmentos que fue capaz de escribir durante una estancia en Tánger bajo el influjo de abrumadoras cantidades de estupefacientes. Las paranoias personales del autor (que tampoco estaba muy centrado de por sí) se ven reforzadas por pesadillas alucinógenas y una edición algo confusa del libro. Cronenberg coge el texto y se centra en reflejar el universo de Burroughs antes que en buscar una narración coherente o tener una historia con un principio y un final.

El esfuerzo del director en centrarse en la malsana atmósfera antes que respetar las reglas de la narrativa, provoca enormes problemas con el ritmo y el argumento del film. Ambos se ven sometidos a tremendos altibajos que bien pueden perder al espectador. Las imágenes son poderosas, asegurando una reacción visceral, especialmente cuando las alucinaciones se desatan y vemos como las máquinas de escribir se transforman en escarabajos parlantes que se devoran unos a otros… Evidentemente, esta rotura de esquemas mentales no es gratuita, exigiendo mucho esfuerzo para no perder el hilo (si es que hay algo que seguir), aburriendo con tremenda facilidad. 

La película se sabe desagradable, te va a mostrar un buen puñado de imágenes feas, bastante asquerosillas (sin ser gore en ningún momento). Si te pilla con el ánimo adecuado, puede tratarse de un film que te marca para toda la vida. Sin embargo, el horror que pueden sufrir las almas sensibles o estómagos delicados con el visionado es más que considerable. No dudo que sea una película a odiar para un buen montón de gente. Indudablemente, también es peligrosa para todos aquellos que tengan algo de sueño. No es para nada agradable ni busca en ningún momento ser interesante.

Ahora, una vez habiendo visto la película, entiendo mucho mejor uno de los gags clásicos de los Simpson, en que los zagales critican la mentira del título mientras salen del cine incapaces de comprender qué han visto.

En conclusión, El almuerzo desnudo es una película que contiene todo lo bueno y todo lo malo del autor, potenciado hasta el exceso. Provee de un viaje al alcance de muy pocos, asegurando un visionado único y una experiencia insólita. Eso no significa que se trate de un film agradable, interesante o entretenido. Al contrario, es pesado y, por momentos, repugnantes. Aprecio la fuerza del surrealismo, pero no caso con el juego que Cronenberg nos propone.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 6.5

 

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