miércoles, 30 de septiembre de 2020

Infección

Después de liarnos con una película de zombies canadiense, toca una de zombies venezolana, también con mensaje político a su modo.

En este caso, tenemos una película de género más convencional. En la maltratada Venezuela, un abnegado médico intenta llevar salud a un pequeño pueblo perdido por las montañas (ejem). Estalla un apocalipsis zombie causado por una variante del virus de la rabia, con lo que tenemos infectados que se mueven a cierto ritmo y la van a liar por todo el país.

Flavio Pedota (el director) no se anda con sutilezas, identificando claramente a los zombies rabiosos sin cerebro con los seguidores del dirigente Maduro, que ha llevado el país a la perdición. El protagonista no es otro que un dedicado médico que lucha por traer un rayo de esperanza a su gente, acabando con la infección que azota a su pueblo.

Una vez que obviamos (bueno, no) su parte política, lo que tenemos entre manos es una típica historia de zombies, con la confusión correspondiente, sus correrías y las huídas de un refugio a otro, la esperanza ante la llegada a una zona segura donde encontrar una cura, con militares tocando las narices aquí y allá, aderezado con el particular toque cultural del país sudamericano.

La comparación con Juan de los Muertos es inevitable, pero Infección no busca el chascarrillo ni la comedia terrorífica. Ésta es una de zombies post-Romero clásica, con sus dosis de acción y de ominoso terror.

Sufre (mucho) de un reducidísimo presupuesto, además de cierta tendencia de los zombies a teletransportarse según conviene al guión, pero tenemos un producto que se funcionar a ritmo aceptable, en la que los sucesos transcurren manteniendo algo de lógica e incluso se permite cierto desarrollo de personajes. De un modo muy convencional, todo está en su sitio, sin alardes ni ínfulas, dando lugar a una dirección muy anodina pero sin errores, completado por unas actuaciones medianamente competentes.


Infección n
o tiene nada especialmente malo, pero tampoco nada que podríamos destacar como bueno. Ni inventa nada ni tiene nada en especial que la distinga de otras muchas propuestas del mismo estilo, más allá de ser venezolana y haber conseguido realizarse (que ya de por sí tiene su mérito).

Si la comparamos (inevitablemente) con la anterior Blood Quantum, sale perdiendo en todas las coreografías de asaltos zombies, falla en espectacularidad y medios, pero por otro lado contiene un desarrollo más lógico, rematado con más empaque y menos personajes que se dedican a hacer estupideces.

En conjunto, acaba siendo una película de zombies muy canónica y convencional. Corre peligro por ser anodina si no fuera por que aprovecha cada oportunidad para lanzar una pedrada gratuita al gobierno de Maduro. No destaca dentro del género, pero tampoco se le pueden encontrar defectos de gran magnitud, con lo que proporciona un entretenimiento funcional al fan, sin aspavientos ni grandes novedades.

Nota: 4

Nota filmaffinity: 3.9 

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