domingo, 17 de junio de 2018

Golpe en la pequeña China


Después de las anteriores películas, nos vinimos arriba y quisimos acabar con la fantasmada más gorda posible. Echamos un repasito a Kung Fury y después atacamos el engendro más divertido de John Carpenter, uno de mis más queridos placeres culpables.

John Carpenter tiene una imaginación malsana para generar malrollo y se nota que disfruta incomodando al espectador, pero en el fondo siempre ha sido un cachondo. A diferencia de otros creadores del terrorífico (Cronenberg, te estoy mirando a ti. No, no me mires tu a mí), Carpenter tiene claro que sus películas no están para remover consciencias, sino simplemente ser disfrutables. Y es lo que viene hoy en el especial: un gozoso entretenimiento en el que cualquier cosa es posible.

Golpe en la pequeña China es una película de acción, una película de mafias y artes marciales orientales, pero también una comedia, una película de fantasía y una de superhéroes. Todo juntito y revuelto en 90 minutos sin descanso. Si un incauto espectador acomete su visionado conocerá a Jack Burton, el héroe más patético (y fardón) de los ochenta en un locurón que llevará la capacidad de sorpresa del espectador hasta el infinito y más allá.

Lo que empieza con un simple secuestro por parte de las tríadas Chinas se convierte en un desmelene en el que dioses bajan del cielo deslizándose por rayos, el protagonista es el sidekick, un wookie pasea por ahí (vencido de una patada en la entrepierna), engendros del Caos hacen las veces de walkie-talkies y un sucedáneo de Emperador Ming tiene un fetichismo muy curioso por los ojos verdes. Todo ello, claro, sin olvidar añadir a la coctelera su dosis de tiros, patadas voladoras, explosiones místicas y profecías milenarias.   

Lo más curioso es que para la Fox, ésta tenía que ser una película “seria”, de gran presupuesto, producida siguiendo la ola de películas de aventuras que aparecieron tras Indiana Jones. El proyecto sufrió mil cambios, que además se vio obligado a acelerar el proyecto para no coincidir en el estreno de El chico de oro, que contaba con Eddie Murphy en su mejor época (su proyecto equivalente de la Paramount, a la postre mucho más exitoso).

Como Carpenter había cosechado (merecida) fama por ser capaz de rodar películas a tiempo récord, los productores le encargaron que sacara adelante el proyecto. Esto provocó además una nueva reescritura de guión, con el consiguiente retraso adicional (entre otras cosas, se movió el marco temporal del Oeste a la actualidad y se convirtió a Jack Burton en el personaje bufonesco que conocemos). Al final, el proyecto tenía que estar terminado en cuatro meses.   Por si fuera poco, los complicados efectos especiales (aunque ahora se vean con cierta ternura) impedían rodar en escenarios reales, por lo que todo tenía que construirse, lo que obviamente disparó el presupuesto hasta unos desmesurados 25 millones de dólares.


A pesar de hallarse metido en éste percal, Carpenter tuvo la suerte de tener manos libres para hacer prácticamente lo que quiso. Por ello, Golpe en la pequeña China se transformó en una película que derrocha carisma, distinta a cualquier cosa que pudieras esperar.  El horterismo ochentero desborda por doquier (no puedo evitar pensar en sus particulares secuaces o esas escaleras mecánicas llenas de neones), haciéndola perfectamente merecedora de haber aparecido en nuestro especial de brilli brilli. Incluso su banda sonora es tremendamente característica, compuesta a base de sintetizador ochentero a cargo del propio Carpenter, alejándose de cualquier tópico oriental que podría hacerla más anodina.

Obviamente, los productores no entendieron qué producto les había sido entregado y lo vendieron entre mal y peor, con su consecuente estampada en las taquillas y la confusión total del público que se atrevió a pasar por el cine a verla. El batacazo fue bestial (en todos los sentidos). Sin embargo, los años han tratado bien a esta película: es una distintiva cinta de aventuras llena de frescura y buen rollito, cutre sin ningún complejo y ciertamente distintiva y original.

Mención aparte habría que hacer al personaje de Kurt Russell, fantasmón y fanfarrón donde los haya, dejando a Jonny Bravo a la altura de un simple aprendiz, pero al mismo tiempo atontado y encantador, entusiasmado de protagonizar una aventura que no lidera. Es un desastre, es imbécil… pero es adorable. ¡Qué diferencia con Snake Plisken de unos años atrás!



Finalmente, no podemos sino admirar la sacada de cipote que realiza su creador al mostrarnos una de las muertes más inolvidables de la gran pantalla. Tanto por el momento de máxima tensión como por su capacidad de grabársenos en el alma. Ya supongo que sabéis de cuál hablo, ¿no? Aquí la tenéis para que volváis a disfrutar de ella. Divertíos:



Este delirio no puede sino quererse. Golpe en la pequeña china es una cachondidad, descuidada y estrambótica que no puede sino disfrutarse a la que te pille con el ánimo adecuado. Especialmente si se hace en compañía de amiguetes, unas cervezas y la idea de pasar noventa minutos divertidísimos. La de veces que se la he puesto algún despistado, disfrutando de las exclamaciones de ¡pero qué pasa! (Jack Burton dixit) que acaban soltando con esta bastardada. De las mejores películas malas que te puedes encontrar.

Nota:
Jack Burton Dice…
Nota filmaffinity: 6.4

2 comentarios:

  1. Supongo que la he visto en algún momento, pero ahora me están cogiendo unas ganas locas de volver a verla.

    Me la apunto para revisionar!!!

    Besos!!!

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