sábado, 12 de noviembre de 2016

Hotel Transilvania 2



Hotel Transilvania fue una sorpresa inesperada. Apareció como una película menor, de las que pasan sin hacer mucho ruido dentro del saturado mercado de las películas de animación infantiles. Sorprendió a muchos por sus chistes desenfadados y una chispa puñetera que ponían patas arriba muchos elementos del  género del terror. Esta curiosa vuelta de tuerca a los monstruos clásicos cayó simpática y arrasó en taquillas. La secuela de esta chorradita divertida se hizo obligatoria y años después llegó Hotel transilvania 2. Tampoco es que estuviera tan entusiasmado como para pagar por verla en el cine, así que me esperé un poco hasta poder verla tranquilamente en casa.

 Despedimos la primera parte con una parejita feliz que por fin recibía el beneplácito de un padre de lo más peligroso y sobreprotector. Esta segunda parte consiste en una serie de saltos temporales donde la vida vemos el avance de la vida en la parejita feliz: la boda, los escarceos hasta el embarazo y los problemas del pequeño para satisfacer las expectativas de su “Vampibuelo” Drácula. 

Más que un argumento en sí, la película consiste en tres cortos pegados sin mucha conexión. Parece que tenían un puñado de gags pensados para cada uno de los tiempos (boda, embarazo, cinco años), pero luego no sabían cómo pegarlos, así que eligieron no hacerlo y lo dejaron así. Se hace difícil saber hacia dónde va la película, con introducciones que no duran lo que deberían, personajes que aparecen y desaparecen sin motivo y un desarrollo sin pies ni cabeza. Estoy seguro de que el desbarajuste es deliberado, pero el resultado es un completo despropósito.

Por lo menos la animación está bastante por encima del guión, cumpliendo sin alardes al dar vida a un universo con una imaginería trabajada, con obvias influencias de la Hannah Barbera. El extrañamente alegre diseño del tenebroso hotel de los monstruos es de lo más resultón y ayuda a que la película pase más fácilmente. Cuando la acción se sitúa en el mundo humano, la animación es más anodina, pero no lastra al conjunto.

Convertido ahora en protagonista en vez de secundario roba escenas, Drácula no es tan proteccionista con su hija, pero sigue con sus obsesiones familiares, pues quiere que su nietecito sea un Vampiro como es debido, pero el pequeño no parece ser otra cosa que un humano feliz y alegre. En este sentido, el rechazo de su humanidad es exagerado, no es una simple cuestión de gestión de las expectativas. Igual peco de susceptible, pero me ha recordado a las películas de los 90 en que papi está aterrado ante la idea de que su hijo sea gay y busca por todos los medios sacar su hombría y convertir al retoño en un machote ligón.  Por ello, se lleva al pequeño a campamentos vampirizadores, le obliga a seguir ejemplo de sus colegas asustadores…Que sí, que se deja claro que ser humano en vez de hetero vampiro no tiene nada de malo, ¡pero también se insiste bastante en que es muuuucho más conveniente ser un vampiro como está mandado!


Además, como queriendo arreglar el desaguisado, el final se inventa un par de personajes (¡¡Chatttttín!!) para arrancar un clímax de lo más atropellado que rompe con toda la moralina que se había visto anteriormente.

Todo este embrollo se podría aguantar si por lo menos los chistes fueran buenos. Pero no es el caso, pues apenas tienen gracia. Se abusa del anacronismo de obligar a Drácula a reaccionar con las nuevas tecnologías (sus problemas para usar un móvil táctil, hacerse selfies o hablar por wasap) y, más allá de dos (solo dos) gags realmente desternillantes, el resto apenas lograrán sacarnos la sonrisita. 

No dudo que está destinada a un público infantil mucho menos exigente, pero con la oferta actual se hace fácil encontrar cosas mejores para ellos, que además no aburra tanto a los mayores. En mi opinión, se nota que es una película que se ha realizado por motivos puramente económicos, porque “tocaba” hacerla y no por tener algo que contar. No pasa de ser un compendio de chistes con poca gracia pegados de cualquier manera que echa por tierra la simpatía que tenía la propuesta anterior. Realmente, hay bastantes maneras más divertidas de pasar una tarde.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.7

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