miércoles, 27 de julio de 2016

Noche y día



A estas alturas de la película, no creo que sea necesario presentar a un actor tan reconocido como Tom Cruise. Éste ha identificado tan bien su papel como héroe de acción que, cuando no llena taquillas siendo Ethan Hunt o alguien similar, se relaja con chorraditas autoparódicas como ésta.

El argumento no puede ser más simple: Cameron Díaz es una rubia tontita (bueno, no tan tontita) que se ve abordada por Tom Cruise, un superagente secreto que necesita una involuntaria “mula” para una misión. Los enredos y las aventuras se sucederán hasta que ambos aprendan el uno del otro en una odisea que los llevará sin duda al altar.

No es que me haya olvidado de poner los nombres de los personajes, es que no importa. Tanto Díaz como Cruise hacen de sí mismos, de sus personajes característicos que hemos visto en decenas de películas y que, por ello, les permite sacar adelante la película sin el más mínimo esfuerzo. Realmente no importa quién les toca ser hoy: ¿un espía casi divino más chulo que un ocho? Nada nuevo bajo el sol. ¿Una rubia tontita que en realidad no es tan tontita? ¡Si eso es lo que soy!

El origen de la película surge cuando Tom Cruise decidie abandonar el proyecto de The tourist, al no poder convertirlo en una comedia de espías.  Tamaña espina en su orgullo debe ser extraída, por lo que habla con sus amigos de la Fox para producir la película. De entre las actrices disponibles, Cameron Díaz quiere reverdecer las taquillas de Los Ángeles de Charlie con una propuesta similar y se apunta sin dudarlo. Así que nada, se encarga el guión ¡y ya tenemos película!

Hay que reconocer que Cruise es de los mejores actores a la hora de parodiarse a sí mismos y jugar con su imagen. Ethan Hunt se ha movido a una historia que no tiene pies ni cabeza. Y vaya si juntan chorradas por todos lados. Para entendernos: si valoramos la coherencia de su guión en comparación con sus Misión: Imposible (que ya es irse a algo pasado de vueltas), a Noche y día no hay por dónde cogerla. Es obvio que no debemos esperar ni un solo diálogo inteligente ni un desarrollo coherente de la trama. Cruise&Diaz no buscan más que un entretenimiento ligero que se mantiene a flote con sus acrobacias de flipada buenrollera y el carisma de sus protagonistas. 

Así pues, a la que relajamos el cerebro y nos preparamos para disfrutar de un poco de tonterías vacuas, podemos pasar el rato con una chorradita llena de ritmo y unas coreografías de acción bastante pasadas de vueltas pero filmadas con más solidez de la acostumbrada en este tipo de películas. Las capacidades físicas (y automovilísticas) de los protagonistas permite no abusar del CGi y convencer al director de que no es necesario buscar la explosión más gratuitamente salvaje posible, no en vano, son dos actores famosos por no usar dobles en sus acrobacias. Esto permite subir un poco los enteros de la película y convertir una chorrada en un entretenimiento más convincente que el puñado de blockbusters veraniego.

Mención especial para el encargado de documentación por los inolvidables y esperpénticos Sanfermines de Sevilla. Pa’ cagarse. No sé qué tienen las películas de Cruise con España pero siempre la lían. El descojone que nos pegamos con él fue de los gordos (bueno, casa con el resto de la peli). 
 
Así pues, películilla tonta para ver un día de estos tontos en que uno tiene ganas de apagar el cerebro. Tiritos por aquí, coches derrapando por allá, unos chistecitos por acuyá, una historia que haga de hilo conductor, caras bonitas haciendo patochadas y lo pegamos todo con mucho ritmo. ¡Et voila! Película entretenida. Que nada tenga sentido es secundario a veces.


Nota: 4
Nota filmaffinity: 4.7

PD: En esta película, todos los coches antiguos provienen del garaje personal de Cameron Diaz. De la misma manera, todas las referencias a mecánica son de su cosecha (por si no lo sabéis, en su tiempo libre, es una reputada restauradora de muscle cars).

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