viernes, 9 de marzo de 2012

Underworld 3: La rebelión de los licántropos


No sabía que esta película era la precuela de Underworld hasta que vi los primeros uniformes de vampiro. A partir de aquí, uno ya se podía esperar cualquier cosa.



Estamos en algún momento de la Edad Media. Los vampiros dominan a los humanos, que pagan diezmos de sangre a cambio de protección. Mientras tanto, los licántropos, bestias salvajes sin mente, asolan los campos. El nacimiento de un hombre lobo con capacidad de razonar rompe el status quo en que está organizada la sociedad. Su relación amorosa con la princesa de los vampiros no ayuda a la tranquilidad en el reino.

A aquellos que hayan visto la primera película, seguro que la historia les suena. No en vano en ella hay un flashback de cinco minutos en que cuentan esta historia. Esta tercera entrega consiste en coger esos cinco minutos y convertirlos en una película de cerca de dos horas de duración. Es decir, el film retrocede al pasado y hace de precuela. No se basa en la creación de las razas (que a nadie le importa), sino en el origen del conflicto. La verdad es que no se molesta a explicarlo mucho, simplemente se llevan mal y empiezan las tortas. Y no paran durante dos mil años. ¡Así de complicado!

ACTORES: El guión no da para otra cosa que decir tonterías y pegar tortazos, con lo que pedir a los que participan que hagan algo parecido a actuar es quizás pedir demasiado, no?

DIRECTOR: Tatopoulos se había ocupado de los efectos especiales en las anteriores entregas. Ahora parece que lo han ascendido a dirigir ésta. Es evidente que los productores querían hacer una película que funcionara mínimamente en taquilla por el mínimo precio, así que no se han molestado lo mas mínimo en hacer una buena película. La gran cantidad de diálogos sin sentido, incoherencias y escenas innecesarias es buena muestra de ello. Para no complicarse la vida, casi todo son los interiores de un castillo repleto de vampiros que, curiosamente, no tienen ningún tipo de poder especial y se dedican a morir como masilla contra los hombres lobo -que siempre sirve para atraer según que público-. Además, los trajes que llevan parecen reciclados de El Señor de los Anillos, como si les hubiera sobrado atrezzo. Casi todo el film está rodado en modo “sombrío”. Lugares oscuros, interiores de celdas…etc. Dejando de lado que el efecto está bastante mal hecho, esto provoca que haya ratos donde no se ve nada. No obstante, los efectos especiales son medianamente aceptables y las coreografías de lucha no son demasiado cutres, con lo que, bueno, puede entretener mínimamente. De esa estética particular que podía llamar la atención en la primera película no queda ni rastro.

GUIÓN: Básicamente no tiene ningún sentido. No llega a haber un motivo para que los dos clanes se peleen y la historia de amor que se supone que hace de detonante es inexistente. No hay un solo personaje que se comporte de un modo coherente o sea capaz de decir dos frases con sentido. Con esta premisa no vamos a esperar una buena película. Simplemente empiezan a llover hondonadas de ostias, a diestro y siniestro, sin ton ni son, a tontas y a locas y los vampiros mueren por todos lados y no dejan de aparecer cuerpos mutilados, miembros amputados, chuletones humanos, las rastas de Melendi y el costillar de Baute.

Para un día en que apetezca dejar el cerebro en un tarro, comer palomitas y ver un recital de tortazos, puede servir. Sin embargo, considero que hay películas mejores para ello.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.6

No hay comentarios:

Publicar un comentario