domingo, 13 de junio de 2021

Brooklyn (Colm Tóibin)

Vamos avanzando en la Cesta’13. En este caso, llegamos al libro Nº46

Título: Brooklyn

Autor: Colm Tóibin

Traducción: Ana Andrés Lleó

“Eilis Lacey es una chica de familia humilde que no encuentra trabajo en el pequeño pueblo del sudeste de Irlanda en el que vive, de modo que, cuando se le ofrece un puesto en Norteamérica, no duda en aceptarlo. Poco a poco, Eilis se abre paso en el Brooklyn de los años cincuenta y, a despecho de la nostalgia y los rigores del exilio, encuentra incluso un primer amor y la promesa de una nueva vida. Inesperadamente, sin embargo, las trágicas noticias de Irlanda le obligan a regresar y a enfrentarse a todo aquello de lo que ha huido.”

Después de vidas heroicas y aventuras en las que se pone en juego el destino del mundo, quizás venía bien encontrarse una historia simple sobre una mujer agradable que emigra de un lugar a otro. No se trata precisamente de un drama sobre la emigración y de la lucha por salir adelante, como podemos encontrar miles de ejemplos, no. Eillis tiene contactos al llegar a Nueva York, empieza con un trabajo, un colchón y, realmente, no tiene unos especiales problemas para salir adelante. Lo que encontramos más bien es una novela más costumbrista sobre la vida de una chica cualquiera de Irlanda que, por circunstancias, tiene que marchar y rehacer su día a día en un lugar más ¿libre? donde no se acaba de sentir a gusto.

Ahí estriba el mayor valor del libro, su capacidad para transmitir la sensación de desarraigo de la protagonista. No se sentía a gusto en su casa, no se siente a gusto en Brooklyn y, cada vez que empieza a estar cómoda en su situación, algo pasa que la vuelve a hacer sentir extranjera. Pues después del primer cambio (el viaje inicial en barco es impagable) y empieza a sentirse (ejem) a gusto con su vida, se ve involucrada con una familia italiana y, cuando debe volver a Irlanda, se nota cambiada, incapaz de volver a la vida que tenía apenas un par de años antes. Como alguien que se ha trasladado bastante de casa en los últimos años, me he sentido muy identificado con este sentimiento.


Eso no hace que me sienta especialmente identificado con el personaje principal. Eilis Lacey  es una chica de pueblo especialmente tímida que no desea otra cosa que pasar desapercibida, una pusilánime incapaz de tomar de tomar una decisión. Su pánico a cualquier tipo de confrontación la lleva a adaptarse para prever incluso la más mínima probabilidad de tener un conflicto. Esto provoca que se deje llevar por el devenir de la vida sin tener ninguna iniciativa (hasta que no puede, claro). Por ello, destaca por su carácter reservado, dolorosamente pasivo y especialmente dedicado a hacer lo que se espera de ella.

Tal como describe el propio autor “era difícil hablar con ella, ya que su madre parecía tener preparada cualquier palabra que ella pudiera decir” y tenía “una manera de hablar que parecía invitar a no responder”. Como buena mujer cumplidora de las reglas y de lo que se espera de ella en la sociedad del momento, todas sus aspiraciones para con la vida vienen condicionadas con la posibilidad de encontrar un hombre adecuado y quedar supeditada a él. La poderosa influencia del catolicismo en su día a día contrasta con la modernidad con la que acepta según que posiciones antirracistas (no es capaz de comprender el racismo como actitud) y el lesbianismo (que separa del amor).

El resto de personajes, teniendo en cuenta la longitud con la que se retrata a la protagonista y la brevedad de la novela, no tienen espacio para ser desarrollados y presentan un perfil más monodimensional. Sin embargo, esto no los convierte en nombres que pasan por allí, ni están mal trazados. Son caracteres simples y funcionales, pero bien dibujados.


La intención del autor parece ser, en todo momento, centrarse en retratar con sinceridad el vaivén de unas vidas llenas de cambios, donde casi cada personaje sufre cierto desarraigo, como si no pudieran vivir allá donde desearían. Esto se retrata con un estilo lleno de elipsis, en el que los hechos parecen gritar cosas muy diferentes de las que se dicen y donde los silencios son la base de la comunicación. Sorprende el cuidadoso tacto con el que se muestra la comunicación no verbal y todas aquellos mensajes implícitos que no se verbalizan, pero que están presentes, que debes inferir con acierto si no quieres meterte en un lío.

Tal como se ha venido hablando, nadie debería esperar emociones fuertes ni amores imposibles ni epopeyas más allá de la vida. Tóibin retrata una vida cualquiera de una mujer anónima que, en el fondo, no tiene nada que contar. NI los hechos que se repasan son especialmente interesantes, ni avanzan a buen ritmo. Aceptaremos (y destacaremos) que se nos cuenta todo espléndidamente bien, pero ahí acaba el libro, no tiene más que eso.

El giro más destacable se halla en su desenlace. Cuando –una vez más- Eilis parece haberse reconciliado consigo misma, se ve obligada por las circunstancias –y por su incapacidad para tomar decisión alguna- a volver a cambiar de vida y renunciar a aquello que la ha hecho feliz. Ahí radica la única brizna de rebelión de la protagonista, en la que, por una vez, toma las riendas de su vida hace lo que quiere, comportándose egoístamente, feliz por la decisión, pero acongojada por el peso que ello tiene en su conciencia. Esta dualidad está bellamente representada y consigue que despida el libro con un mejor sabor de boca que el aburrimiento con el que estaban transcurriendo las páginas.


Lo más curioso es que tardé más de 50 páginas en darme cuenta de que se trata del libro en el que se basa la película del mismo nombre, protagonizada por Saoirse Ronan. No es que cambien muchas cosas, pero debo reconocer que la trama gana mucho al trasladarse a la pantalla, pues se solventan muchos de los problemas de ritmo, además de la calidad de la actuación de Ronan, que permite ganar muchos enteros a la propuesta. Por una vez, la película es considerablemente mejor que el libro.

Resumiendo: en Brooklyn no pasan demasiadas cosas que tampoco son especialmente interesantes. Está muy bien escrito y el retrato del personaje principal, de sus sentimientos y su sufrimiento interior se plasma con talento y buen gusto, pero no se puede destacar nada más para provocar que tenga ganas de seguir leyendo. Id a por la película, que cuenta la misma historia y se disfruta más.

Nota: 3

Nota goodread: 3.76/5 

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