jueves, 14 de enero de 2021

Recomendaciones (o no) de 2020: Series



Y finalmente, la última sección de este resumen de las recomendaciones del año. Llega el momento de las series. Un apartado en el que le he pegado un buen empeño dado que el confinamiento ha facilitado el tener horas y horas que dedicar a no hacer nada más que mirar capítulo tras capítulo. Sin ser yo precisamente de hacer maratones con las temporadas, he acabado con la friolera de 656 capítulos vistos en 2020 (casi dos capítulos al día de media), en 32 series diferentes.

Podría hablar de muchas series que me han entusiasmado, como Los Pibes, el pistolero que se dedica a cubrir los iconos del mapa, los piratas más jachondos del mundo, o El Brujero, pero en ninguna de ellas he terminado el último capítulo que existe este año. Según mis propias reglas, solo hablo de aquellas series que he finiquitado (aunque no sea la primera vez) este año.  Otros años han entrado series realmente flojuchas por la simple razón de no haber acabado con una cantidad suficiente de ejemplos mejores, pero este año debo reconocer que todas las que van a aparecer nombradas tienen su gracia.

Empezamos con un clásico que no debe dejarse pasar por cualquier aficionado a la ciencia-ficción. Aunque sólo sea por la influencia y por la cantidad de horas que se pueden dedicar a debatir sobre el sentido de su desenlace, Neon Genesis Evangelion es una referencia por derecho propio. Empieza como una serie más de Mechas, pero pronto se destapa por la profundísima hondura psicológica de sus inolvidables personajes, desenvueltos en un universo pesimista que sabe fascinar. La trama, que en un principio parece anodina, avanza continuamente en un crescendo capaz de avergonzar a Lost, finalizando en un desenlace que te obliga a recoger la mandíbula del suelo. Es una única temporada de 26 capítulos cortos, un esfuerzo que vale de sobras la pena para hacerte explotar la cabeza.

La segunda de las series destacadas aquí es la reformulación de un clásico hacia nuestros días. Unos (por entonces) semi-desconocidos Cumberbatch y Freeman daban vida a una revisitación del detective de los detectives y su ayudante. En Sherlock tenemos una fastuosa recreación de sus casos más famosos adaptados al mundo moderno, con el toque especial que Moffat y Gatiss saben proporcionar. Cada temporada (hay 4) está compuesta de tres capítulos de 90 minutos en los que se desglosa gozosamente la personalidad del universo holmesiano, con unos casos absorbentes, una puesta en escena llena de ingenio y toneladas de momentos a disfrutar. Puede que seas fan del personaje o no, pero con tan pocos capítulos y de tanta calidad, estoy seguro que vas a disfrutar con este viaje.

 

Y finalmente, acabo con una de las series que más he querido en mi vida. Pocas veces me he sentido tan cerca de unos personajes, de sus defectos, errores, virtudes y aspiraciones. Bojack Horseman se plantea como el repaso de la vida de un antiguo actor de éxito venido a menos, pero pronto se desarrolla como algo mucho más profundo. Dotado de un humor lleno de ingenio y amargura, encontramos un retablo de personalidades empapado en cinismo en un Hollywoo cohabitado por seres humanos y animales antropomórficos y unas tramas que se atreven a lidiar con temas tan espinosos como la depresión, los abusos sexuales y el Me too, el racismo, la política de control de armas estadounidense, los traumas, la asexualidad, los comportamientos autodestructivos o las adicciones. No esperaba yo que las aventuras de un caballo triste fuera a removerme las entrañas tanto (y tan bien) como Bojack Horseman. Cada capítulo da para horas de reflexión, mientras te ves reflejado en uno u otro personaje, dañado pero no destruido, que, perdido, se busca a sí mismos y aspira a una felicidad que merece (o no). El escollo: su primera temporada es la más floja, y a partir de ahí va a más, al revés que casi todas las series, porque a BoJack le gusta ir a contracorriente.

 

Por si hay alguien interesado, las tres series se pueden encontrar hoy día en Netflix, aunque sólo Bojack es producida por la cadena.

Despido pues, el repaso que he pegado de las Recomendaciones (o no) de Mt de 2020. Ha sido un año  muy diferente que ha dado un buen puñado de propuestas interesantes con las que disfrutar, pasar un buen rato y, quien sabe si cambiarte la vida.

 

¡NOS LEEMOS! 

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