martes, 13 de enero de 2015

El color de la magia (Terry Pratchett)

Este es el libro que empezó todo. El libro que consiguió que la gente se lanzara hacia un mundo excéntrico y mono (¡Ay!) donde casi cualquier cosa es posible. Pratcett dio el pistoletazo de salida a una de las sagas que más risas han provocado.

Título: El color de la magia
Autor: Terry Pratchett
Título original: The color of magic

“En un mundo plano sostenido por cuatro elefantes impasibles -que se apoyan en la espalda de una tortuga gigante- habitan los estrafalarios personajes de esta novela: un hechicero avaro y torpe, un turista ingenuo cuyo fiero equipaje le sigue a todas partes sostenido por cientos de patitas, dragones que existen si se cree en ellos, gremios de ladrones y asesinos, espadas mágicas, la Muerte y, por supuesto, un extenso catálogo de magos y demonios... En esta serie de novelas se dan cita todos los temas y situaciones del género fantástico, visto a través del personalismo y corrosivo sentido dela comicidad de un autor inglés que se ha convertido en uno de los escritores de humor de mayor éxito y fama en el mundo.”

No sé si empezar a hablar del libro o simplemente dedicarme a describir cómo es el fantástico Universo del Mundodisco. Pratchett ha dedicado la nada despreciable cantidad de cuarente novelas  (y subiendo) a contarnos historias a lo largo de diversas sagas según se adscriba a un tema concreto, con su propia gama de personajes principales. Cuando el protagonista es Muerte, Pratchett aprovecha para filosofar, reflexionando sobre aspectos de la sociedad local que nos son extrañamente cercanos. Cuando las brujas toman protagonismo, encontramos magia (de verdad) y mucha ética. La novela negra aparece cuando protagoniza la Guardia de la Noche y es cuando Rincewind (y los magos) manda cuando Pratchett aprovecha para describirnos realmente como es el Mundodisco. Estrategias narrativas diferentes para cada momento, pero siempre con un sentido del humor punzante, un universo perfectamente creíble en su absurdez y una sátira certera que no deja títere con cabeza. 

Este Mundodisco está poblado por una plétora de personajes imposibles, estrafalarios y, definitivamente, adorables. Como buen octavo hijo de un octavo hijo, el mago de tercera Rincewind es el encargado de inaugurar el festival. Es imposible que un patán con suerte como éste no caiga maravillosamente bien. Es el mago más cobarde y con los gemelos más a punto de todo Mundodisco y no parece el más indicado para comandar una odisea de un libro de fantasía épica pero nuestro querido mago se ha aprendido el manual de supervivencia de pe a pa. Sabe cuándo correr, cuándo liar a tu oponente y cuándo conseguir que otros luchen por ti. Su pánico y sus chillidos de terror se convierten en inseparables compañeros de viaje por este divertido universo.
Hay que remarcar que para los magos la magia no se crea. La magia existe. Se puede modificar, estudiar y trastear un poco con ella. Aprendes sus manías académicamente, sigues sus ritos y sus exigencias y quizás puedes convertir el plomo en oro o visitar algún plano de existencia exótico, pero nada de hacer milagros por aquí o allá. Ciencia aplicada, digámoslo así. Aplicada a la magia.

El color de la magia nace como parodia de las novelas de la Dragonlance, monumentos de la fantasía épica donde un puñado de héroes viven aventuras imposibles. Constituyen una larga saga de libros tremendamente entretenidos y han alimentado la imaginación de los frikis con fructíferos resultados, además de amenizar e inspirar muchas noches de estupendas partidas de Dungeons’n’Dragons. Sin embargo, una vez analizados con un poco de detenimiento presentan problemas de coherencia y un exceso de casualidad. Los personajes se encuentran por casualidad forzados a seguir por un camino heroico donde los problemas y las desgracias fluyen a su alrededor, saliendo triunfantes simplemente por el hecho de que está marcado en su destino de héroes.
Y si queremos reírnos de ello, ¿Qué mejor que colocar a un mago inútil y cobarde como el objetivo de un destino épico y luego dejamos que la Fortuna tire sus dados? A su lado, un turista curioso e inocente, un equipaje paciente e indestructible y un bárbaro cuya destreza con la espada es inversamente proporcional a su cerebro se convierten en compañeros de desventuras, primero en la corrupta y tramposa Ankh-Morpock (una de las ciudades ficticias más conocidas del mundo y la que más desearía visitar desde mi Tardis) y luego en los lugares más insospechados que nos ofrece el Mundodisco.

Hace poco leí El Bufón de Christopher Moore, uno de los llamados herederos de Pratchett. Siendo similares en apariencia no puedo sino observar cómo cambian los estilos. Moore aprovecha el mundo “real” y nuestras referencias para componer una obra que se basa en el chiste continuo y la chorrada por bandera. Sus personajes son del todo incoherentes y los sucesos de la trama guardan poco o ningún sentido, pero no le podemos negar que tiene buena mano para los gags descacharrantes. Pratchett, en cambio, ha creado un mundo extraño a partir de una lógica algo desquiciada. Sin embargo, respeta esa lógica en todo momento y consigue que sus absurdos personajes, sus imprevisibles historias y las aparentemente aleatorias características de su universo sean aplastantemente racionales. Su propia existencia florece en la periferia de la realidad y los sucesos improbables se vuelven moneda de cambio. Coge cosas de todos lados, las tunea y las pasa por un filtro muy particular y consigue así el más difícil todavía: se convierte en el autor al que llegas cuando buscas las influencias a los demás.

Puedes leer a Pratchett y quedarte con grandes comedias. Es hilarantemente divertido. Sus historias son imprevisibles, alegremente desquiciantes y asombrosamente lógicas. Mantiene una asimismo cualidad inesperada, pues es capaz de tratar seriamente a golpe de puro gag todas las grandes cuestiones de la humanidad. Un escritor que nunca sabes por dónde va a salir: cuando esperas un giro absurdo, te suelta una verdad lapidaria y antes de que te recuperes se ha ido hacia un giro más absurdo aún

Este libro un "must read" donde te introducen en Mundodisco, en sus personajes y en su increíble mitología. La imaginación de Terry es desbordante y es un maestro de lo absurdo. No es que me riera a carcajadas (que también), pero las situaciones a veces son tan absurdas que es imposible no esbozar siquiera una sonrisa. Como decía una crítica del libro: Recomendado para todo aquel que se tome la vida demasiado en serio.

Nota: 9
Nota anobii: 3.9/5

4 comentarios:

  1. Pff, pues que quieres que te diga, en mi caso estuvo a puntito de hacer que no leyera nada más de Pratchett, porque creo que se le va demasiado la olla y le falta una mayor coherencia como novela.

    Conozco a un amigo que lo tiró por la ventana (real) poco antes de terminarlo porque no podía mas.

    Suerte que mejora con el tiempo y pasa a convertirse en comprensible en sus siguientes novelas.

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    1. Lo mismo me pasó a mí. Si digo que sufrí decepción es poco, pero La luz fantástica fue mejor y ahora incluso quiero saber qué más le pasa a Rincewind.

      Por cierto, M., te has comido la -h- del título... ¿o es a propósito? :)

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    2. Se nota que en El color de la Magia, todavía no sabía que quería hacer con su mundo. En los subsiguientes libros ya se forma un universo mucho más coherente, dentro de su desmadrada absurdez.

      Si, me la he comido, gazapos para comprobar si la gente realmente lee lo que pongo :p

      Mt

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  2. Fíjate que lo tuve en mis manos hace 3 semanas, pero en ese momento no llevaba dinero y no pude comprarlo. Cuando volví a por él me dijo el vendedor que ya no lo tenía :(

    Un saludo

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