lunes, 2 de enero de 2012

Drive


De vez en cuando el cine nos sorprende con algunas propuestas raras o inclasificables. Películas que se salen de los cánones habituales y saben ser diferentes, aunque a veces lo sean tanto que no sabes muy bien por donde cogerlas, éste último es el caso de Drive.



En esta película tenemos a un conductor que trabaja realizando las persecuciones de coches en las películas de acción y que de noche se dedica a hacer de chofer en atracos. No le importa a quién lleve o a dónde vaya en un momento u otro. Lo único que quiere es conducir. La posibilidad de convertirse en piloto de carreras parece interesarle, pero apenas hay nada que afecte o altere el ánimo de nuestro conductor, parco en palabras y gestos, con una leve sonrisa permanente en su rostro. La llegada de una nueva vecina provocará que, por primera vez en mucho tiempo, el conductor se interese por alguien, sus problemas y su pasado.

ACTORES: Ryan Gosling (ataviado con una chaqueta blanca coronada con un escorpión dorado, que se convertirá en un auténtico artículo de coleccionsta) construye un personaje impecable, entallado, desfasado -esa cazadora, esos botines, ese palillo-, inquietante en su inmutable perfección, borda un personaje en los límites de la razón, que no se permite ni un atisbo de humanidad. Es el piloto de este coche de carreras, su personaje parece inicialmente una buena persona, callada, honorable y amable. Su leve sonrisita esconde un carácter amoral; inofensivo y afable en aspecto, pero tremendamente calculador y metódico, capaz de realizar terribles actos de violencia sin el más mínimo atisbo de duda o piedad si la situación lo requiere. Se trata de un papel muy difícil, que Gosling consigue realizar muy acertadamente. Se encuentra rodeado de una más que correcta Carey Mulligan, que añade carisma y un motivo para matar y un espectacular mafioso de poca monta realizado por un inspirado Ron Perlman, que realiza la mejor actuación de su vida.

DIRECTOR: Refn siempre ha realizado películas relativamente indigestas de una calidad cuestionable pero de un gusto visual indudable. En sus películas siempre encontramos más estilo y puesta en escena que verdad, mucha forma y poco fondo, aunque sabe ponerla de manera que la falta de fondo importe bien poco. Inesperadamente, aquí consigue ponerle un fondo decente, interesante y fascinante, dando lugar a una película inclasificable. No se puede meter en el saco de los thrillers, ni en los dramas, ni en las películas de acción. Parece más bien como si hubieras cogido a Dexter, lo hubieras metido en uno de los westerns buenos de Leone, hubieras puesto coches en vez de caballos, añadido una historia de los años 50 y va y la ruedas con los medios actuales, pero copiando el estilo de hacer películas de los años 80, con un gusto visual impactante, fascinante e hipnótico, música de sintetizadores intercalada siguiendo el estilo de Tarantino, clichés retros y escenas sacadas de La Naranja mecánica, componiendo un todo que te debería haber explotado en la cara, pero que, de alguna manera, funciona. Si el protagonista se las apaña sin armas de fuego, el director pasa de usar las formas actuales de la acción, realizando todas las escenas -especialmente las persecuciones- con un comedimiento formal inusual. El abuso de la cámara lenta puede molestar y si encima lo intercalas con remixes ochenteros el resultado puede ser directamente para parar la película y borrarla para siempre, tal como puede pasar por las películas de Lynch o de Malick, pero he de reconocer que pese a todo, consigue que quiera seguir viéndola. 

Esperaba una película de acción bien hecha: coches derrapando, disparos y explosiones por todas partes… pero me he encontrado una película de pocos diálogos en las que con los gestos y expresiones permiten comprender los sentimientos de los personajes aunque en algunos momentos esa falta de conversación pueda llegar a irritar. Hay escenas impecablemente sublimes, como puede ser la persecución inicial, en la que resulta impactante darse cuenta cómo se puede hacer una persecución totalmente vibrante y que te mantiene pegado al asiento mientras el coche no supera en ningún momento el límite de velocidad. O la escena del atraco en la casa de empeños, esos 5 minutos en los que el conductor está esperando (que estoy seguro que son cinco minutos de reloj) se hacen absolutamente eternos e insoportables.

GUIÓN: En medio de tanta complejidad visual, la historia no podía ser más simple. Partiendo del planteamiento clásico del samurai // cowboy solitario trasladado a unos alternativos años 80 se realiza una historia de atracos con sorpresa y venganzas muy absurda, increíble y con una lógica bastante particular. Sin embargo, lo que realmente cuenta Drive es lo menos importante de la película. Aunque la historia está manida, mil veces vista y no innova en absoluto, el argumento sirve de armazón para articular este extraño mundo que Refn ha creado para nosotros, atorgándole esa impostura extraña que puede irritar en sobremanera debido a su parquedad de diálogos, a su ritmo exageradamente lento y su multitud de escenas basadas en puros gestos y miradas que requieren de un esfuerzo para comprender.

Es una película extraña, Refn ha cogido cosas de aquí y allá, hay escenas e influencias de multitud de películas y referentes de prácticamente todos los grandes, unido con una mezcolanza de géneros usando unas grandes actuaciones como pegamento sobre un endeble armazón de argumento. Es una película dificilísima de realizar, que sabe ser diferente y permanecer alejada de cualquier otro referente de acción normal. Su propuesta tan radical puede asustar, irritar y alejar, pero también maravillar y extasiar o provocar espectaculares efectos soporíferos; la mezcla de géneros puede desconcertar, ya que es difícil tener un punto de referencia desde el que ver la película y su casquería en algunos momentos puede parecer gratuita. Refn ha hecho un espectacular ejercicio de estilo visual tal como haría Wenders, con acrobacias escénicas de todos los grandes (Houston, Hughes, Tarantino, Coppola, Lynch, Fincher, Wenders, Kubrick…), con una música muy bien escogida (con mucho Daft Punk y canciones de otras películas) usando un guión simple y previsible en un cocktail imposible que, por una vez parece que le ha funcionado. No sé si he visto un engendro infecto o una obra maestra, pero ha sabido sorprenderme y, de alguna manera, me ha gustado.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.4


SPOILER El desenlace es bastante inverosímil y sorprende tamaña torpeza viendo la sobradez que había demostrado el prota,. Si te has cargado al mafioso principal tal como lo has hecho, ¿qué te impide matar también al ayudante? ¿Para qué intentas una salida dialogada si sabes que te va a traicionar? Pero bueno, hay que reconocer que la escena final es magnífica, con el conductor dirigiéndose hacia el horizonte en plena puesta de sol haciendo todo un guiño al cowboy solitario que busca un nuevo lugar donde se le necesite. 

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