jueves, 8 de diciembre de 2022

Un lugar tranquilo 2

Pues hete aquí que ésta no es una película de zombis. Simplemente la vi entremezclada con el empacho de no muertos que se viene. Que sigue siendo terror, pero aquí hay aliens y no comedores de cerebros.

Hace ya algunos años, un director canadiense sorprendió con una película de terror que daba un poco de vuelta al concepto de cómo asustar, quitando la musiquita inquietante a cambio de otorgar una importancia descomunal al propio sonido ambiente. Conseguía acojonar sin necesidad de jumpscares, pegándote el culito al asiento a base de silencios. Con una propuesta modesta, se las arregló para generar una película muy bien parida que triunfó a lo bestia, por lo que era obvio que vendría alguna secuela.

Así, tenemos más desventuras de estos aliens ciegos que detectan a sus víctimas a través del ruido. Lo más curioso de todo es que la segunda película - ésta – empieza justo después de acabar la anterior. Ni “han pasado unos meses” ni tal. Al día siguiente, tenemos más follón. Y no se molesta en recapitular. Tira pa’lante y ya te apañarás.

Sí que te hace un “cómo empezó todo”, mostrando los primeros días de la invasión alienígena que ha acabado con la sociedad humana, que es algo que algunos echaban de menos conocer. Son 10 minutos que ya sabes cómo van a acabar, pero no por ello dejan de funcionar. Luego, volvemos a tener las desventuras de la familia – con las bajas provenientes de la anterior película – que lucha por sobrevivir en un entorno hostil. Si acaso aquí hace un (muy) pequeño cambio de registro, pasando de una monster movie al género post-apocalíptico, pero en sí, es una repetición de fórmula mucho más a lo grande.

Y otra vez, lo mejor son los juegos de sonido y, también, la particularidad de tener a un personaje sordo (mis felicitaciones a la niña actriz), especialmente cuando nos hacen “oir” lo mismo que ella. Esto aumenta mucho más la tensión, ya que no somos conscientes de cuándo se está haciendo ruido, con todo lo que ello implica. Emily Blunt y Cillian Murphy encarnan a los dos adultos protagonistas con acierto. Si bien es inusual en este género, se nota que son dos buenos actores y el guión dota de un perfil característico a sus personajes, por lo que hay de dónde sacar.

Como extra dentro de la trama, se hace hincapié en el duelo ante la pérdida de los seres queridos y cómo unos y otros afrontan los hechos. Es poco habitual que el guión quiera contar más cosas que una historia de terror al uso y se agradece, además de tratarse con acierto. El ritmo al que van sucediendo los giros de guión está bien conseguido y funciona a su modo, sin que ningún personaje tenga que hacer estupideces para que la trama avance. A la que te paras a pensar tiene sus inconsistencias (bien grandotas), pero el armazón mantiene el tipo durante el visionado.

No inventa ya nada, siendo una película de terror quizás más predecible y convencional que su predecesora, pero se mantiene funcional, generando la tensión y los sustos que se le pide a un proyecto de este estilo. Especialmente destacable es el juego a dos bandas de montaje paralelo con el que nos torturan un par de veces, incomodando al más pintado (aunque haga sus trampitas en el proceso). Por momentos parece que se va a ir al tropo de “El monstruo es el hombre”, pero a la hora de la verdad ni lo llega a plantear, por suerte. Dentro de una propuesta menor como se plantea esta película, funciona dentro de lo que plantea.



Un lugar tranquilo 2 no es más que el “más de lo mismo, pero a lo grande” típico de las secuelas, pero cumple con lo que se espera de ella. Aprovecha el silencio como un abracadabra con el que incomodar al espectador, además de buscar formas inesperadas con las que inquietar. Se agradece que, en su mayoría, todos los personajes tengan un comportamiento sensato (con más o menos mala suerte). Si gustó la primera, aquí también acertarás. Y si no has visto la primera, quizás vale la pena echarle un ojo.

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 6.4

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