domingo, 25 de mayo de 2025

Encuentro en París

Nos apetecía una película clásica y repasamos qué tenía Movistar en ese momento. A Hepburn le tenemos mucho cariño, así que, p’adentro.

Estamos en los años 60, París, y Hepburn en modo estrella máxima, así que tenemos una historia romántica donde el amor es inevitable. William Holden interpreta a un guionista vividor al que le ha pillado el toro y tiene que improvisar el guión de una película en un fin de semana. Para ello se recluye en un hotel de Paris para dormir poco y trabajar mucho. Las circunstancias le obligan a contratar a una secretaria, que no es otra que Audrey Hepburn. Evidentemente, saltarán chispas y, probablemente, lo que menos interés ambos tienen es dedicarse a escribir.

Con la grandísima estrella de Hepburn en su momento álgido, a algún productor se le ocurrió reunir al elenco principal de Sabrina en una nueva película siguiendo un esquema similar. Así, tenemos una nueva comedia romántica muy típica de la época. Se fuerza una situación en que dos solteros empedernidos deban convivir y pasa lo que tiene que pasar. A grandes rasgos, podemos predecir desde un inicio qué va a ocurrir y cuando, sin gran espacio para la sorpresa. 

Mi mayor problema radica en la poca química entre la pareja protagonista, se me ocurren pocos personajes que peguen menos entre ellos. Pero bueno, por lo menos Holden y Hepburn desbordan carisma y con eso les vale para sacar adelante el proyecto. Ella es la heroína más adorable que existe, mientras que el morro gigantesco que le echa él es inesperadamente creíble. Son los mitos que son por algo, a ver. Esto en cualquier otro par de protagonistas habría dado lugar a una propuesta más indigesta. Por otro lado, hay que destacar el bonitísimo vestuario a cargo de Givenchy, que permite que Hepburn esté todavía más preciosa. Cómo se nota.

En un intento de no ser la típica comedia romántica, Encuentro en Paris realiza un jueguecito de película dentro de la película: los protagonistas están escribiendo un guión para Hollywood. Por ello, cada vez que Holden (es que no vale la pena decir el nombre del personaje) le pasa una página a Hepburn, se da un salto visual y tenemos a ambos como protagonistas de la propia película que están escribiendo. Esto permite un montón de jueguecitos de cámara para ver la “acción desde afuera”, momentos en que se detiene la acción para que ambos comenten cuál es la jugada correcta que debería ocurrir en la película y una puesta en escena deliberadamente artificiosa de lo más curiosa. Además, les permite hacer bromitas sobre las propias películas, con un puñado de puyas internas a actores, guionistas y a muchas disputas que ocurren entre bambalinas durante el rodaje de una película. Así, se permiten cameos de un puñado de estrellas “que pasaban por ahí”, como Marlene DIetrich, Mel Ferrer y Tony Curtis (el chistaco a su costa casi me tira del sofá).

El mayor problema que tiene Encuentro en París es que no es tan graciosa ni tan ingeniosa como cree ser. Sí, el espectador aprecia dónde está el chiste y cuál es la diversión inherente, pero luego no hace tanta gracia. Además, el desarrollo no está bien equilibrado, gastando muchos minutos en poner las piezas en su sitio y luego flojea durante minutos, como emburullándose en su  propio chiste, terminando por cortar por lo sano y hacer un chimpún tras un happy ending que nadie vio venir. También sufre de tener una historia romántica que está porque en estas películas debe haber una, que bueno, nadie se la cree, aunque se la tengamos que comprar porque los actores son muy buenos y tal.

Por otro lado, qué bonita Paris y cómo alimenta el mito de ciudad romántica.

En su momento se estampó de lo lindo, constituyendo el mayor fracaso de Audrey Hepburn de (casi) toda su carrera. Hoy en día, si uno quiere ponerse con esta película, debe aceptar que está rodada en 1964, por lo que los tópicos amorosos son los propios de la época. Es decir, las expectativas en las relaciones hombre-mujer no son las actuales, los cigarrillos se utilizan con motivos seductores continuamente, los personajes se tiran achispados el 90% del tiempo… las cosas han cambiado un poquito ^^

A pesar de que se trata de un género cinematográfico que casi ha desaparecido, durante años fue la base de cualquier película de estudio: una comedia romántica con dos estrellas de Hollywood que ponen su cara bonita delante de un guión predecible y lleno de edulcorante. Para ver agradablemente sin exigible demasiado. Puede gustar a la que estés dentro del género. Por mi parte, mi mayor queja es que la relación de un poco de grimilla, pero poco más. ¡Qué guapa era la Hepburn!

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 6.0


viernes, 23 de mayo de 2025

El instante más oscuro

En mi habitual tendencia a equivocarme de película, cuando le di al play estaba convencido de que iba a ver la película de la muerte de Osama Bin Laden (La noche más oscura). No os podéis imaginar mi sorpresa al ver que estamos en la IIGM y aquí a los talibanes no se les espera.

El instante más oscuro está situada en las semanas que transcurren desde que el frente franco-británico es destrozado por las fuerzas alemanas hasta la consolidación de la batalla de Inglaterra. Se centra en la figura de Winston Churchill, repasando sus actos durante los primeros meses de la IIGM y su papel vital para que Gran Bretaña no se rindiera a los nazis. Se inicia con la dimisión de Chamberlain como primer ministro del Reino Unido y la tarea de Churchill de negociar una paz (una rendición) ante Hitler y Mussolini. Sabemos cómo ocurre la historia y veremos como éste decide desafiar a su gabinete y tomar una postura contrara a la negociación, preparando a su país para una resistencia a ultranza en una guerra se prevé larga.

El instante más oscuro es un vehículo para el lucimiento de Gary Oldman, que da vida a Winston Churchill en un ejercicio de transformación en el que se convierte en un doble del personaje histórico. Su enormérrima actuación es capaz de mostrar todas las contradicciones y defectos de un personaje vital para la historia de su país, copiando dejes, maneras de comportarse y discursos a veces indistinguibles del personaje original. Es el alfa y omega de la película y, si lo que quieres es ver a un buen actor haciendo un buen trabajo, aquí te vas a quedar a gusto.

Además, se agradece que este ejercicio venga acompañado de un envoltorio muy bonito. Se realiza un gran esfuerzo para recrear la Londres que vive bajo los bombardeos, tanto en una fotografía impecablemente sucia con la que mostrar los daños sufridos sin por ello dejar de ser espectacular. Lo mismo ocurre con el vestuario – lo que refuerza la teatralidad de la película – y los escenarios en sí, consiguiendo una recreación histórica fina y creíble. También debe destacarse el brutal trabajo de maquillaje y el chillón de prostéticos que debe ponerse Oldman para transformarse, siendo al mismo tiempo capaz de interpretar y realizar todos los gestos que sean necesarios.

Técnicamente, El instante más oscuro es un portento de discreta orfebrería. El problema que tiene es que más allá de ello la película es un peñazo de los grandes. Sí, hace gracia adentrarnos en los despachos y ver qué ocurre entra bambalinas, enterándonos de los diálogos dentro del gobierno y quién llamaba impresentable o petardo a quién mientras los británicos se planteaban capitular. Sin embargo, esa recreación concienzuda es la que le resta interés a la que sepas un poco de historia: ahora viene este discurso, ahora toca esta decisión, etc. El retrato del momento está realizado con una asepsia tal que le cuesta provocar sorpresa o emoción, más cerca de un documental novelado que de una película como tal. A ello contribuye un ritmo no especialmente brillante, unos diálogos – excepto de los de Churchill, que se nota quién debe quedar bien – no especialmente brillantes y cierta inexistencia de los giros de guión. A mí me tienden a gustar las películas de gente hablando en pasillos, pero esta vez se me ha hecho bastante bola.

Parece que llega un momento en todo actor que se da cuenta de que quiere ganar y empieza a hacer películas-lucimiento para que se lo den. Gente como Will Smith, Leonardo DiCaprio, Bojack Horseman… empiezan a producir películas sobre las que tienen control para que destaque especialmente su trabajo y así llevarse la estatuilla y quedar a gusto con su ego. En este caso, le ha tocado el turno a Gary Oldman, que ha sacado adelante el proyecto casi de su bolsillo. Para ello ha reunido a la flor y nata de los estudios británicos en una propuesta técnicamente impecable (mis felicitaciones a Joe Wright y al resto del equipo tras las cámaras, que hacen un trabajo enorme al recrear el Londres de 1939 tan bien como lo hacen). Fue nominada en los Oscar a Película, fotografía, diseño de producción y vestuario, ganando también – como no podía ser menos – el de actor principal y el de maquillaje.

¿Quieres disfrutar de una actuación de bandera aunque luego la película sea un poco meh?  Este “documental” sobre las intrigas políticas inglesas durante el inicio de la IIGM es justo eso. Oldman impresionante, la película aburrida. Cada uno con sus preferencias.

 

Nota: 5

Nota filmaffinity: 6.7


domingo, 18 de mayo de 2025

Esto no estaba en mi libro de historia de la Química (Alejandro Navarro)

Un regalo de cumpleaños o así que a veces le cae a uno. Que uno es científico y lee mucho, así que de vez en cuando caen propuestas que aúnan ambas tendencias.

Título: Eso no estaba en mi libro de historia de la química

Autor: Alejandro Navarro

“¿Quiénes fueron los pioneros en las guerras químicas? ¿Cuáles han sido los engaños más increíbles que se han perpetrado con la química como instrumento? ¿Conoces la receta para fabricar oro? ¿Y el origen de las conservas? ¿Cuál es el poder de las «balas mágicas»? ¿Cómo ha afectado la química a la producción de alimentos? ¿Por qué se usa el acero de los pecios de la Primera Guerra Mundial para fabricar contadores Geiger? El Arsénico y el polonio son asesinos despiadados; pero no solo para el mal se ha usado la química: vitaminas, vacunas, medicamentos, mejoras en los cultivos… han ayudado a la humanidad durante toda su historia.

Alejandro Navarro nos trae una obra fascinante y divertida, cargada de curiosidades e historias con mucha química. Comprobaremos cómo a lo largo de la historia hemos utilizado esta ciencia para el bien y para el mal; para hacer la guerra, enriquecernos a costa del prójimo —borrándolo del mapa cuando ha sido preciso—; pero también para sanar y alimentar una población siempre creciente, para un sinfín de utilidades que hacen nuestra vida más segura y agradable. Por sus páginas recorreremos estas crónicas de la mano de célebres químicos, pero también de gobernantes, militares o de embaucadores de toda índole, todos ellos han protagonizado una de las mayores aventuras en la que nos hemos embarcado, la fabulosa historia de la química.”

En este caso, tenemos un libro a medio camino entre el ensayo y la divulgación sobre las diversas aplicaciones directas que tiene la Química en la sociedad. Así, se muestran avances útiles (o al menos importantes) que han impactado claramente en nuestro mundo: La detección de las vitaminas y su importancia, el abono para mejorar cultivos, medicamentos, gas mostaza, etc. Se agradece que en muchos casos no vaya hacia el ejemplo más obvio, sabiendo sorprender al más avezado y, quizás, captando la atención al neófito.

Como suele ocurrir en estos casos, cuando leo un libro de divulgación sobre un tema que conozco, me encuentro con que apenas raspa en la superficie de los temas. Vale que es mi trabajo, pero me haría ilusión encontrar más profundidad. No obstante, entiendo que entonces estás perdiendo al 95% de posibles lectores, y claro, tampoco es el plan.

Mi principal queja – que tampoco es mucha – radica en el esfuerzo que hace para remarcar que los quimifobos no son otra cosa que ignorantes con prejuicios, y que natural no es sinónimo de bueno. El autor le dedica tantas líneas que se me hace cansino. Que estoy de acuerdo con él, ¡no hace falta que intente convencerme! (Otra vez, no soy el lector objetivo / típico de este libro y se nota ^^).

Así, tenemos un libro muy bienintencionado y sencillo que te permitirá lucirte en la categorái concreta del Trivial. Fácil de leer y bien estructurado. Que es para lo que existen este tipo de libros, claro.

 

Nota: 5

Nota goodreads: 4.05/5 

viernes, 16 de mayo de 2025

Daredevil

Ahora que estos días hemos tenido por aquí la serie de Marvel, pongámonos a recordar la película que tanta fama (ejem) cosechó en su momento.

Así, tenemos a Daredevil, el abogado ciego de día, que de noche se dedica a ponerse la máscara y castigar a aquellos que escapan de la justicia gracias a su oído superdesarrollado y sus habilidades marciales. Esto causará las iras del jefe de la mafia local (Kingpin), que contratará a dos letales asesinos para acabar con él. O algo así.

Cuando yo vi la película en el cine (si, fui de los locos que acudieron a verla), apenas conocía al personaje de haber salido algunas veces de secundario en historias Spiderman, así que no sabía nada de él. Lo que me encontré fue un engendro de película que no tenía sentido, con un “bueno” que no dejaba de acosar mujeres, unos personajes que parecían cada uno sacado de una película diferente y una mezcla de imaginerías que no se entendían. No entraré en lo peregrina de la historia, que abarcaba más de lo que debería en un batiburrillo muy raro.

Ahora, al volverla a ver, conocer mucho más al personaje y tener un bagaje mayor de películas a mis espaldas, pues me he encontrado con una película chunga pero… no TAN chunga. Si bien la tenía por una blasfemia al personaje, en este repaso veo que hay cariño y ganas de que las cosas salgan bien. Han cogido elementos muy reconocibles de las tres grandes etapas del personaje y los han metido en danza con total literalidad. Que luego el tono de esas sagas no pegue entre ellas y el director no se haya molestado en adecuar una cosa a la otra es diferente. Los elementos originales están ahí, hay un chorrón de detalles para el friki, se plantan las semillas para tres secuelas… pero se conjugan con unos problemas de ritmo muy grandes, errores groseros de tono y una trama que no sabe muy bien si ser de Frank Miller o Mark Waid y se queda a mitad de todo. Es decir, percibo muchas ganas de que este proyecto salga bien. Otra cosa es que salga, que el director da para lo que da. La cantidad de despropósitos tras las cámaras es bastante grande, pero se trata de la obra más reconocida de su director – aunque parezca mentira, es así – que luego se arrejuntó a Nicholas Cage y nos dio sus Motorista Fantasma. Con un CV como éste, el resultado no es tan sorprendente.

A pesar de los ríos de tinta que han corrido en su contra, Ben Affleck no carga con las culpas del desastre. De él sabemos que es un frikazo que se ha leído todos los cómics del derecho y del revés y estoy seguro de que es la persona a la que más le duele que la película saliera como salió. Le pone ganas, le pone esfuerzo y hace lo que puede por dar vida a un Matt Murdock ligón (y pesado) y torturado (muy de su época) que podría haber salido de casi cualquiera de los grandes cómics. Sin embargo, tiene el problema de que el resto de actores no saben (o no quieren molestarse en saber) dónde están. Colin Farrell (Bullseye) hace aquí uno de los papeles que le granjearon fama de ser uno de los peores actores del momento, lo mismo ocurre con Jennifer Garner, cuya Elektra no está bien escrita ni ella hace un buen trabajo. Sólo hay que ver su presentación que sobrepasa la vergüenza ajena imitando a una Matrix estrenada no hacía tanto. Por lo menos Michael Clarke Duncan hace un Kingpin bien hecho, brutal y aterrador, como debe ser. El aspecto exterior es un poco chocante, pero es verle moverse por la pantalla y ya da el pego.

Por otro lado, debemos destacar también el trabajo de Evanescence, ejemplo perfecto de bandas sonoras que se lo creen mucho más que la película. La de gente que se quedará alucinada al comprobar que algunos de los hits más conocidos de esta banda se estrenaron para esta película. Cancionazas que están muy por encima del metraje.

Daredevil es una película que se hace aburrida. No se decide si quiere ser comedia, drama o thriller, tiene problemas de ritmo y unos diálogos un poco vergonzantes. Por otro lado, se nota que los creadores querían hacer las cosas bien. No tenían ni idea de cómo, pero lo intentan con multitud de guiños y detalles presentados en pantalla de manera similar a la que tuvimos después MCU. Fallando en casi todos los aspectos, sorprende que llegara a tener una secuela de todavía peor calidad. Mis dieces a la banda sonora, por otra parte.

 

Nota: 3

Nota filmaffinity: 4.3


domingo, 11 de mayo de 2025

Casa de muñecas (Henrik Ibsen)

Había oído hablar mucho de la Casa de muñecas de Ibsen como una de las obras fundacionales del feminismo, tanto nombrada como homenajeada en un montón de obras, pero nunca había leído la obra original. Como me ha llegado dentro de la Cesta’13, pues vamos a darle un tiento, que el libro es delgadito.

Título: Casa de muñecas

Autor: Henrik Ibsen

Título original: Et dukkehjem

Traducción: Isidro Maltrana

“Cualquier persona con unas dosis mínimas de sensibilidad literaria y, al mismo tiempo, preocupada por los problemas de la mujer -o mejor aún, por los problemas del ser humano en el mundo imperfecto y repleto de carencias, injusticias y desigualdades que nos ha tocado vivir- no podrá sustraerse al poderoso influjo, al sombro y a un hondo sentimiento de admiración por esta obra, Casa de muñecas, que vio la luz en las postrimerías del pasado siglo (1880). Y por todo lo que esta genial pieza dramática ha significado y significa, por esa galería de arquetipos humanos, de una fuerza y vigor inusuales, encabezada por el principal de ellos, el de Nora, la protagonista, ya arquetipo universal de la literatura dramática de todos los tiempos.”

Bueno, un resumen de contraportada que no dice nada. Será cuestión de poner de nuestra parte. La acción gira en torno a Nora Helma, una mujer de clase relativamente alta de Oslo. Aparentemente, su vida no podía ser mejor: tiene un marido que la adora, un puñado de criados que le cuidan la casa, unos hijos amantísimos no especialmente revoltosos, dineros para sus compras… Pero Nora NO es feliz. ¿Por qué? Porque vive en una casa de muñecas: es una casa bellísima perfectamente equipada, pero es controlada y no tienen ningún poder de decisión; es una casa destinada a que otro (su marido) disfrute y se entretenga con Nora. ¿El dinero? Todo el que quiera, pero siempre pidiéndoselo a su marido. ¿Diversiones? Sin problema, pero siempre con el permiso de su marido. ¿Las vacaciones? Donde él quiera, obviamente. Que sí, que él es buena gente (por suerte) y la quiere mucho, pero el rol que él (y la sociedad) quiere es el que es, algo con lo que Nora no se siente muy a gusto.

Esta metáfora de la visión de Nora de su vida como una casa de muñecas y sus intentos de rebeldía son una muestra de la situación de la mujer en la época (finales del XIX). Ahora es su marido quién dirige su vida, antes fue su padre. Nora no sabe quién (o qué) es, ya que siempre ha sido condicionada por la sociedad para comportarse tal como debe ser una esposa amorosa, es decir, obedecer con discreción los deseos de su marido. El resultado es una mujer que es aparentemente débil y controlable. Sin embargo, las circunstancias provocan que Nora deba guardar un secreto bien gordo, lo que desafiará las normas establecidas y generará un buen montón de problemas.

Escrita en 1879 se trata de una de las primeras obras abiertamente feministas que llegó al gran público. Constituye un hito dentro del desarrollo de heroínas femeninas realmente independientes, rechazando los condicionantes que la sociedad obligaba a aceptar incondicionalmente. En este caso, muestra el destino de las mujeres casadas, en un momento de la historia de Noruega donde no tenían oportunidades razonables para autorrealizarse en un mundo que tenía un papel muy marcado para ellas.

Me resulta especialmente ilustrativo como Nora es incapaz de hacer comprender a su marido de que su percepción de la realidad y lo que desea hacer con su vida es incompatible con la concepción que tiene de ella de una muñeca, que sólo actúa por placer y capricho. A pesar del paso del tiempo, el tratamiento destaca por su verosimilitud, mostrándose realista, sin idealizaciones ni maniqueísmos, especialmente a medida que la “rebelión” de Nora va adquiriendo intensidad.

Hoy en día, hay algunos aspectos que están superados (por suerte) y otros que no (hay que seguir trabajando en ello), pues me he sorprendido al comprobar que muchas de las actitudes de los personajes no son tan lejanas a aquellas que podemos ver hoy día. Un lector que acometa este libro de hace ya 150 años podrá ventilarselo en dos tardecitas mientras se indigna con unos y otros.

Plantea (bien) una situación muy reconocible por todos y deja caer las opciones del momento a la problemática. Entiendo la ruptura que supuso con lo establecido  y, sobretodo, la influencia que pudo tener con las obras que se crearon en los siguientes años, reconociendo guiños y analogías de un montón de libros.

Me gustaría poder ver esta historia en una buena obra de teatro, que es como se ha concebido.

 

Nota: 7

Nota goodreads: 3.75/5